Tres policías de civil acusados de haber disparado
La Justicia de Buenos Aires identificará al menos a tres supuestos policías que habrían actuado sin uniforme en la represión a piqueteros que el miércoles pasado terminó con dos manifestantes muertos en el partido bonaerense de Avellaneda. A uno de los piqueteros, Darío Santillán, «le dispararon a una distancia menor de dos metros», de acuerdo con los informes que manejan los investigadores.
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Hoy se presentará en los tribunales de Lomas de Zamora, donde se lleva el expediente, el abogado de los familiares de las víctimas, Marcelo Pandolfi, para formalizar la denuncia por amenazas de muerte contra su persona que le fueron grabadas en el contestador telefónico de su estudio. Esta semana, además, concurrirán a declarar Luis Zamora y Vilma Ripoll por los activistas heridos dentro de un local del Partido Comunista, en Avellaneda, durante los sucesos.
El fiscal Juan José González trata de reconstruir la muerte del otro piquetero, Maximiliano Kosteki, a quien se vio en el piso del hall de la estación del ferrocarril Roca, cuando Santillán trataba aparentemente de auxiliarlo. Aún la fiscalía no tiene los informes de balística sobre el proyectil que impactó en el pecho de Kosteki, a la altura del corazón, causándole la muerte, como tampoco la distancia a la que le habrían disparado.
Siempre con la hipótesis de los investigadores sobre un supuesto complot para borrar huellas y pruebas en el lugar, la Justicia sostiene que al menos tres presuntos policías bonaerenses actuaron de civil, con armas de fuego y luego habrían limpiado el lugar tras el desalojo del puente Pueyrredón. El fiscal González tendría hoy la identidad, al menos, de uno de los supuestos policías que observó en imágenes con esa actitud.
Los investigadores, además, concluyeron en que a Santillán le dispararon «casi a quemarropa», a una distancia de uno a dos metros, aunque esa confirmación se tendrá tras un peritaje, cuyos resultados se aguardan en la Fiscalía 11ª. Por esa muerte siguen detenidos el comisario a cargo del operativo, Alfredo Franchiotti; el cabo primero Alejandro Acosta; el oficial principal Jesús Quevedo; y el cabo primero Lorenzo Colman -éste por, supuestamente, haber encubierto el crimen-. Los agentes hasta ahora se niegan a declarar.
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