14 de septiembre 2019 - 00:01

La familia que dejó todo y decidió viajar por el mundo

Durante una cena, los Rodríguez decidieron que pasarían un año diferente. Ya llevan 8 meses de travesía que registran en sus redes. Conocieron 29 países y van por más.

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@losrodriguez360

Podría haber sido una cena familiar como cualquier otra, pero no: una noche, Sergio Rodríguez, su esposa Silvina y sus dos hijos adolescentes decidieron hacer realidad lo que hasta entonces parecía solo un sueño: pasar un año de viaje por el mundo entero. Ya llevan ocho meses de viaje, acumularon más de 75.000 kilómetros, recorrieron cuatro continentes, volaron en 30 aviones, conocieron 29 países y 39 ciudades y durmieron en 45 camas en hoteles, departamentos, hostels y hasta carpa en la selva sudafricana.

La rutina de los Rodríguez transcurría en un barrio cerrado de la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, entre el trabajo de los grandes, el colegio de los chicos, el esparcimiento y el deporte en los ratos libres. Cuando resolvieron encarar este viaje, no renovaron el contrato de alquiler de la vivienda, pusieron en venta todos los muebles, autos y demás para juntar dinero. Así fue como sacaron sus primeros tickets de avión y el 29 de diciembre de 2018 partieron hacia su primer destino: Auckland.

Hoja de ruta

Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, Singapur, Tailandia, Filipinas, Hong Kong, Macao, China, Corea del Sur, Japón, Emiratos Árabes, Sudáfrica, Egipto, Grecia, Turquía, Rusia, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Bélgica, República Checa, Austria, Croacia, Italia y España son los países que la familia ya recorrió y registró en vivo en sus redes sociales (en Instagram, Facebook y YouTube son @losrodriguez360).

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“Nos queda conocer mucho más de Europa, volver a África cuando vayamos a Marruecos en algún momento del viaje y, por supuesto, América. La idea es ir a Canadá, Estados Unidos, México y llegar a Machu Picchu, en Perú. El resto iremos viendo a medida que van surgiendo vuelos y oportunidades”, cuenta Sergio desde algún lugar del mundo mientras planifica junto a Silvina sus próximos destinos: Francia y Escocia

La primera preocupación fue qué hacer con el colegio de los chicos: Matías tiene 14 años y Micaela, de 12, tenía que comenzar el secundario. “Este año no van a la escuela, lo estamos dedicando a viajar y a aprender viajando, pero ya tienen su vacante reservada para cuando volvamos”, cuenta Silvina, que durante la travesía sigue trabajando online como traductora de portugués.

“Intentamos que rindieran libre al volver para que no perdieran a sus compañeros del colegio, pero nos dijeron que no era posible; después buscamos para que rindieran libre durante el viaje, pero hay que presentarse en fechas indicadas a las diferentes embajadas y la verdad es que no sabemos bien por dónde vamos a estar, así que un poco hablándolo con el colegio y otro poco entre nosotros, decidimos que este año aprendan viajando”, remarca la mamá de Matías y Mica.

Sergio, por su parte, también sigue trabajando y se conecta con sus socios a través de la computadora. Se dedica al marketing digital y sigue sus campañas a distancia. “Tanto nuestras familias como los amigos y la gente del colegio de los chicos estuvieron de acuerdo con el viaje y siempre nos apoyaron, aunque obviamente está la parte de extrañar y los miedos lógicos que pueden generar este tipo de aventuras. Ellos están siempre pendientes de dónde estamos y de que no hagamos locuras”, relata.

En Buenos Aires quedaron los padres de Silvina y los hermanos de ambos con sus sobrinos, además de los amigos, el perro Spike y los peces. “Con todos tratamos de hablar siempre que podemos y nos mandan videos de Spike principalmente para los chicos, que lo extrañan a full, y de los peces también, que son las mascotas de Silvina”, describe Sergio con un dejo de nostalgia.

“Es un año de aprendizaje para toda la familia. Estamos viviendo culturas nuevas, costumbres, aprendiendo de historia, de geografía, de naturaleza. Estamos todos el tiempo haciendo cuentas por los cambios de monedas”, explica el viajero y dice que tuvieron que adaptarse “a diferentes situaciones: desde dormir en un hostel en una habitación de seis metros cuadrados o en una carpa en el medio de la selva, a un departamento de cuatro habitaciones con lavavajillas”.

Los Rodríguez ya recorrieron islas solitarias y playas paradisiacas en el sudeste asiático, la Gran Muralla china, las pirámides de Egipto, el Muro de Berlín y el Coliseo de Roma; subieron al edificio más alto del mundo en Dubai e hicieron un safari en el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica. Vivieron en países donde el lujo predomina y en otros donde los chicos no tienen ni zapatillas. Lugares donde iluminan a una ciudad entera en forma audiorítmica y otros que cortan la luz en ciertas franjas horarias y que no tienen agua potable.

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Matías es el gran investigador del viaje: busca la historia de cada lugar, mientras pasean hace preguntas y pone a prueba al resto de la familia con sus indagaciones. Investiga qué hacer en cada destino, va preguntando y comparando con la Argentina. La hermana, Mica, es su complemento ideal porque es la encargada del registro fotográfico.

Bajo la premisa “360 días dándole una vuelta de 360° al planeta”, las redes sociales de los Rodríguez cuentan con una creciente cantidad de seguidores que interactúan con la familia y están pendientes de una especie de diario de viaje en formato de video. “Nuestros compañeros de viaje virtuales son tan genios que hasta nos avisan cuando no actualizamos las banderitas de los países que ya recorrimos. Esa es otra parte maravillosa de esta experiencia y que nos sorprendió: la buena onda, los consejos y los comentarios de la gente”, destaca Sergio.

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