4 de febrero 2013 - 00:00

“La provincia que (no) miramos”

Silvina Batakis (*)
Silvina Batakis (*)
El Gobierno de la provincia de Buenos Aires, liderado por Daniel Scioli, ha encarado un objetivo estratégico y a la vez extraordinario: la resolución de los problemas estructurales desde una perspectiva propia, con un fuerte componente nacional y popular, luego de muchos años en que se siguieron caminos basados en modelos intelectuales ajenos.

El peronismo desde sus inicios representó esa preocupación, constituyéndose en la expresión política del cambio social y estructural. Nuestros primeros gobiernos comprendieron que el problema central era, como lo es hoy, la dependencia tecnológica, productiva y la distribución regresiva del ingreso. Asumieron, por lo tanto, que la industrialización de los países exportadores primarios, hoy entendida más como complejización, representa un objetivo clave para lograr un mayor bienestar de la gente.

Por eso es que la provincia de Buenos Aires, desde 2008 a la fecha, tiene una activa política de inversión tributaria para la industrialización provincial, que involucra más de 500 millones de pesos.

Este esfuerzo tiene un efecto multiplicador que permitió generar en promedio un monto total de 5.500 millones de pesos de inversión real.

Casi un 30% del total de los beneficios otorgados correspondió al rubro alimentos y bebidas, lo que permite agregar mayor valor a la actividad agropecuaria de la provincia, mientras que un interesante 25% se relaciona con la metalmecánica y la industria automotriz.

Estos beneficios fiscales, que se distribuyen entre distintos tamaños de plantas, fortalecen el tejido productivo de las ciudades intermedias y contribuyen a la formación de una red urbana más equilibrada.

Los datos muestran que esta política promueve la actividad económica en todo el territorio provincial y fortalece la descentralización: un 41 por ciento de la inversión tributaria fiscal tuvo lugar en la tercera corona del Gran Buenos Aires y un 14 por ciento en el interior de nuestra Provincia.

Además, en el GBA se priorizaron las radicaciones en el sur y el oeste, que en los '90 habían quedado rezagados y ahora muestran un crecimiento notable.

La Provincia está siempre a la altura de las circunstancias y lidera muchos de los procesos de cambio: realiza la mayor contribución al PBI nacional, del orden del 36%, lo que la ubica como el verdadero motor de crecimiento del país.

Por eso es que, atento a las grandes transformaciones sucedidas en los últimos treinta años, en un mundo dominado por la globalización y el cambio tecnológico, el proyecto de desarrollo nacional y provincial actual incorporó un conjunto de nuevos instrumentos microeconómicos para permitir al tejido productivo realizar una reconversión sin ajuste.

Todos y cada uno de los instrumentos implementados persiguen el claro objetivo de aumentar el volumen de negocios con valor agregado y tecnología, porque es de ese modo que se logra mayor productividad y empleo.

El éxito de los programas de promoción industrial demuestran la importancia de priorizar a las pymes, atraer las medianas y grandes inversiones, apoyar a la agroindustria y a los sectores de mayor valor agregado, y fomentar el desarrollo del GBA a la vez que se fortalece la actividad productiva en el interior de la provincia.

Por eso resulta fundamental seguir haciendo eficiente el impulso fiscal, y multiplicarlo en la producción y el empleo.

Esta es la provincia de Buenos Aires que miramos: la provincia compleja, dinámica y con un gran potencial, que creciendo engrandece a todo el país.

Porque somos peronistas, a este crecimiento no lo pensamos como una finalidad per se, sino en clave social: la industrialización da trabajo, y con él, igualdad de oportunidades para toda la sociedad.

Para comprender el alcance de la política de promoción industrial de nuestra provincia, se puede realizar un análisis según complejidad tecnológica.

Siguiendo clasificaciones internacionales como de la OCDE, los resultados son incluso mejores que lo buscado.

Si se analiza los montos de inversión promocionados por la provincia de Buenos Aires en el período 2008-2012, un 59,6% corresponde a un nivel de complejidad medio-alto, un 32,9% un nivel medio y sólo el 7,5% a un bajo aporte tecnológico.

Estos datos reflejan, por un lado, el interés de las empresas de tecnología intensiva, que buscan nuestras ciudades debido al nivel profesional de excelencia del personal, los técnicos y los graduados de nuestras universidades. Por otro lado, reflejan el alcance de las metas establecidas.

(*) Ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires.

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