21 de agosto 2019 - 00:00

La UE se entusiasma con un Ejecutivo sin nacionalistas

Bruselas - El silencio de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la Unión Europea) sobre la crisis de Gobierno en Italia es una convención, pero detrás de las fachadas de los palacios, en los comandos de control del eje Berlín-París y en Bruselas, se espera que la Península resurja del ciclón estival que destrozó la mayoría M5E-Liga con un ejecutivo sin el componente nacionalista.

Es decir, un gobierno pro europeo capaz de garantizar la estabilidad política necesaria y hacer frente a los grandes desafíos que le esperan a la UE en las próximas semanas, entre ellos, una eventual nueva recesión y un brexit que no promete nada bueno.

Que en el Gobierno italiano haya una mayoría rojo-amarilla o una coalición más amplia -tal vez, según el “esquema Úrsula”, como lo denomina Romano Prodi, que incluya a todas las fuerzas políticas italianas que en Estrasburgo votaron a favor de la elección de Úrsula von der Leyen en la Comisión Europea- poco importa a los socios europeos.

Lo que realmente preocupa es que Italia, país fundador de la UE, “esterilice” las presiones nacionalistas internas creadas en distintos países del bloque desde la italiana Liga, el francés Frente Nacional, y Alternativa Para Alemania, entre otros. El objetivo es recuperar en Bruselas una actitud constructiva.

La UE espera una Italia que no se encierre en sí misma, que tenga voluntad de jugar un rol en la solución de cuestiones complicadas como la gestión de los flujos migratorios o el nuevo presupuesto europeo para los próximos cinco años tras el brexit.

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