Como balance del año podemos decir que hubo una evolución irregular en las principales variables macroeconómicas que impactaron en el sector productivo en general y en el sector financiero en particular. Sin embargo, las estimaciones de los principales analistas de mercado esperan un crecimiento del PBI del 4,8% lo cual es una buena señal de recuperación económica con respecto a la performance de los años anteriores.
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Las complejidades de un año difícil
Por otro lado, la inflación minorista estimada para el año 2022 será en promedio superior al 100%. En este sentido, es importante destacar que si bien se están tomando medidas que implican un compromiso entre el Estado y el sector privado para la aplicación de congelamiento de precios de algunos artículos, estos acuerdos deben ser acompañados por otras políticas que busquen solucionar el problema de la inflación a corto y mediano plazo.
Los efectos de la inflación han obligado al Banco Central a intervenir permanentemente en la aplicación de las principales tasas de mercado con el objeto de mantener el ahorro en pesos de los depositantes. Es por ello que la tasa para depósitos, determinada por el BCRA, para sector minorista rondará el 75% mientras que la tasa Badlar para bancos privados se ubicará entre el 70% y 73% para el último trimestre del 2022.
Otras variables de mercado a resolver son el déficit fiscal primario del Sector Público Nacional que rondará por arriba de los 2.000 millones de pesos para 2022, como así también el aumento de las reservas y el tipo de cambio nominal. Si bien se han tomado medidas cambiarias sectoriales para favorecer el aumento de las reservas, a mediano plazo deberá encontrarse un equilibrio y una reducción de la brecha buscando un tipo de cambio más uniforme, ya que la diversidad normativa que se aplica por los desdoblamientos de las liquidaciones de las operaciones cambiarias de las importaciones y exportaciones complejizan y demoran la realización de las transacciones comerciales de las empresas.
Con respecto a la deuda pública en pesos se logró un corrimiento significativo de vencimientos de este año hacia mediados del siguiente lo que causa la incertidumbre de si el gobierno podrá refinanciar esta deuda nuevamente previo a las elecciones. Si bien este diferimiento de los vencimientos alivió la deuda a muy corto plazo y dejó una estabilidad relativa, se requieren todavía más medidas de ajuste que mejoren la situación del desequilibrio fiscal.
En cuanto al panorama financiero, las principales variables muestran un crecimiento constante de la base monetaria mientras que las reservas internacionales por todo concepto se mantienen en niveles cercanos a los 38,7 millones de dólares.
Por otro lado, la posición de letras y notas emitidas por el BCRA crecieron a niveles de 8 billones de pesos a fines de octubre y las tasas de interés de política monetaria se encuentra en niveles superiores al 70%, mientras que la base monetaria supera los 4,2 billones de pesos a fines del mismo período.
Con respecto a los stocks de créditos y depósitos del sistema financiero se ubican en niveles de 26,9 billones y 20,4 billones respectivamente a finales del mes de septiembre. Estos números se encuentran en niveles inferiores de participación del negocio bancario sobre el PBI con respecto al de otros países regionales. De mejorar las condiciones de mercado, hay potencial muy grande de expectativa de crecimiento para la industria financiera.
En conclusión, sería muy necesario para el país realizar un acuerdo político y buscar medidas de orden macroeconómico a mediano plazo que permitan bajar el riesgo argentino, encontrar el equilibrio fiscal, unificar el mercado de cambios y resolver el tema de la inflación. Es fundamental encontrar un rumbo que permita a futuro discutir sobre los temas estratégicos importantes de desarrollo, infraestructura y economías regionales que necesita el país.
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