17 de enero 2019 - 00:02

Lavagna, el nuevo Massa 2015: Macri festeja "colectora" para el balotaje

La Casa Rosada realizó el primer diagnóstico político sobre una eventual candidatura del exministro kirchnerista. Lo ven como nueva terminal de votos anti K ante el declive electoral del jefe del Frente Renovador. De "cisne negro" a comodín de Cambiemos.

Economistas sub 40. Urtubey escuchó propuestas de Martín Vauthier y Federico Furiase (EcoGo), Soledad Tortarolo y Jordan Casteglione (Allaria Ledesma) y Ezequiel Estrada (Ficonomics), entre otros.
Economistas sub 40. Urtubey escuchó propuestas de Martín Vauthier y Federico Furiase (EcoGo), Soledad Tortarolo y Jordan Casteglione (Allaria Ledesma) y Ezequiel Estrada (Ficonomics), entre otros.

La eventual irrupción de Roberto Lavagna como candidato presidencial no lograría quebrar la polarización Macri-Cristina. Ese es el primer diagnóstico que Cambiemos efectuó desde que el exministro de Economía de Néstor Kirchner comenzó a difundir fotos con dirigentes de la oposición como el peronista Miguel A. Pichetto y el socialista Miguel Lifschitz. “Mauricio tiene un piso consolidado del 35% y va a entrar al balotaje con Cristina en caso de que se presente. Lavagna no modifica ese escenario y a nosotros nos conviene que juegue...”, asegura un armador electoral del macrismo en el principal distrito electoral del país.

El cálculo de la Casa Rosada es básico y lineal. El Presidente necesita un tercer polo electoral, no kirchnerista, que funcione como colectora de votos para una eventual segunda vuelta. Por eso en el Poder Ejecutivo Nacional celebran la sobreoferta de precandidatos peronistas como Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa. “A nosotros nos sirve que haya muchos candidatos peronistas no kirchneristas de 8, 10, 12 por ciento de los votos. Ese caudal después va a ir a Mauricio en la segunda vuelta”, insisten desde el oficialismo. Básicamente, en el Gobierno nacional no consideran que Lavagna represente un “cisne negro” en términos electorales y especulan con que sus votantes terminaran garantizando la eventual reelección de Macri.

La especulación del macrismo se apoya en el incipiente repunte de la imagen presidencial a partir de la estabilidad cambiaria y en que Lavagna fue candidato presidencial de la UCR en 2007 en fórmula con el radical Gerardo Morales, una estructura política que hoy integra el colectivo oficialista Cambiemos. Aquella experiencia del exministro no fue del todos auspiciosa. Terminó tercero detrás de Cristina y de Elisa Carrió a pesar de contar con el aparato” radical” a nivel nacional.

En el comando de campaña de Cambiemos incluso ven a Lavagna como el sustituto ideal de un desinflado Sergio Massa para funcionar como “colectora” de votos anti kirchneristas del oficialismo. El tigrense llegó desgastado a la legislativa 2017 sin poder quebrar la polarización y cosechó un magro 11,32% de los votos en provincia de Buenos Aires. Es decir, el oficialismo ahora necesita otro candidato que refuerce la teoría de los “tres tercios” para oxigenar, eventualmente, a Macri en el balotaje. Fue lo que ocurrió en la presidencial 2015. Macri fue a segunda vuelta electoral ante Daniel Scioli y capturó al 21% del electorado massista que había votado para presidente en primera vuelta al jefe del Frente Renovador.

Ayer Pablo Moyano propuso a Massa como candidato a gobernador bonaerense de Cristina Kirchner. La misma oferta había realizado el intendente de Tigre, Julio Zamora. En el moyanismo también existe una interna. Moyano padre, Hugo, había lanzado a Verónica Magario, alcalde de La Matanza, como postulante a gobernadora. A pesar de esas diferencias, en el kirchnerismo se motoriza un operativo para acercar a Massa. Desde Alberto Fernández, Agustín Rossi o incluso Felipe Solá, todos intentan arrimar al jefe del Frente Renovador. En la Casa Rosada oberservan este fenómeno como el último espasmo político-electoral del tigrense. Creen que Massa se desfiguró como tercera vía y, en esa lógica, se entusiasman con el desembarco de Lavagna como polo sustituto de votos no kirchneristas.

Sin embargo, el exministro de Economía se mantiene hermético sobre su futuro electoral. Ya se juntó con Urtubey, Pichetto y Lifschitz. E intenta posicionarse como “piloto de tormentas” con Eduardo Duhalde como principal propagandista. El expresidente aseguró que Lavagna “es el hombre indicado” para gobernar la Argentina y sostuvo que no tiene dudas que “se va a presentar y va a ser presidente” de la Argentina. En privado, el exfuncionario kirchnerista no transmite tanto entusiasmo proselitista y tampoco arroja certidumbre sobre una eventual candidatura. Su futuro dependerá de la coyuntura económica de aquí a junio cuando oere el cierre de listas.

La economía, sin embargo, es el punto débil de Cambiemos. Ayer fue Urtubey quien intentó explotar ese flanco. El gobernador de Salta y precandidato presidencial, que hoy estará en Córdoba con Juan Schiaretti, se reunió el martes por la noche en la Casa de Salta, con un variado grupo de economistas. Además del ministro de Economía de la provincia de Salta, Emiliano Estrada, estuvieron Martin Vauthier y Federico Furiase (EcoGo), Soledad Tortarolo y Jordan Casteglione (Allaria Ledesma), Ezequiel Estrada (Ficonomics), Nicolas Urtubey y Fernando Baer (Quantum Finanzas), Fermin Bianco (Union Industrial), y Yamila Scala (Reuters).

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