19 de noviembre 2018 - 23:30

¿Llegó por fin la tregua que Wall St. necesita para trepar?

ASOMA ACCIÓN DE GRACIAS Y SE VIENE EL CALENDARIO DE FUERTE RALLIES ESTACIONALES - Si Trump enfría su prédica y sella la paz con China, y si la economía mundial enfría el discurso de la Fed de Powell, entonces podrá calentar motores.

Jerome Powell
Jerome Powell
¿Qué llegará primero? ¿El temido fin de ciclo o una nueva embestida alcista del mercado bull? Los comicios de mitad de período quedaron atrás sin trauma, pero el rally de siempre se hace rogar. Quienes buscan señales ominosas encuentran allí otra más. Y la lista es enorme. Desde las que estuvieron presentes todo el año con la saga conflictiva del comercio internacional a la cabeza hasta los brotes de notoria debilidad que irrumpieron en los rincones más diversos de la geografía económica mundial. Alemania se contrajo en el tercer trimestre por primera vez desde 2015. Japón también dio un paso atrás. China se desacelera. El informe PMI de octubre que todavía marca una expansión por sobre la tendencia acusó el registro más discreto desde junio de 2016. ¿Beijing siente acaso el arpón de las restricciones comerciales? Se observa una merma en las nuevas órdenes de exportaciones; y la creación de nuevos negocios, aunque positiva, se precipitó al nivel más bajo desde noviembre de 2008 (dos meses después del colapso de Lehman Brothers). También en los EE.UU. si se hurga en el detalle se advierten visos de flaqueza en una economía boyante: la construcción residencial (ultra sensible a las tasas de interés) se retrajo trimestre tras trimestre desde que comenzó 2018. Y en el interín la Fed ya disparó tres subas de tasas, y promete la cuarta para diciembre. Wall Street titubea, la tasa larga lejos de dispararse como lo hace en los pronósticos del consenso se agacha a 3,06% , y la curva de rendimientos se aplana de vuelta, otro indicio de moderación (si no de futuro enfriamiento).

¿Fin de ciclo? ¿O una mera pausa en el camino? Las noticias no son malas. Desde octubre, la Casa Blanca apela a la división del trabajo. Mientras el vicepresidente Mike Pence aprieta a China y no sólo con el comercio, sino que agita el fantasma de otra guerra fría el presidente Donald Trump juega, insistente, con la noción de un próximo arreglo. Se resolverá en la Argentina, apuntó Pence en gira asiática. Se refiere, claro está, a la Cumbre del G-20 de la semana próxima. Trump, el viernes, fue más allá. "China quiere un acuerdo", dijo. Como si fuera un portavoz de Beijing, agregó que el país oriental ya hizo una larga lista de concesiones "142 ítems" pero que todavía faltan "cuatro o cinco asuntos importantes". El refrán sentencia que el que calla, otorga. China no dijo esta boca es mía.

En el comunicado posterior a su última reunión, la FED acusó recibo del vigor declinante de la inversión en vivienda. Este viernes, su número dos, Richard Clarida, hizo mención al sarpullido de debilidad que brotó en la economía internacional, aunque no sugirió la posibilidad de frenar la suba de tasas en carpeta. Mucho menos, puso en tela de juicio el retoque previsto por todos para diciembre. Ello corre por cuenta de los comentaristas. Quedarse de brazos cruzados el mes que viene sería un búmeran. ¿Es que la economía mundial se debilita, o se destruye? Los signos son de desaceleración, y temporaria, no de recesión. Lo que Wall Street teme es que una Fed con anteojeras persista en su empeño, ice las tasas sin prestar atención a circunstancias cambiantes, y no reaccione hasta haber provocado ella misma la recesión. No es el caso. Nos dijo que mantiene los ojos bien abiertos. Y nos recordó que la política monetaria es condicional al estado de la economía, no un capricho ciego. Es bueno refrescarlo porque la reforma tributaria que tanto inflamó la actividad de 2018 prevé una pérdida de tracción en 2019, y habrá que administrarla con sumo cuidado cuando se presente.

Si Trump enfría su prédica y sella la paz con China; si la economía mundial enfría el discurso de la Fed de Powell (quien se ha mantenido en silencio hasta el momento), aunque solo fuera una tregua,Wall Street entonces podrá calentar motores. El momento no podía elegirse con más tino: asoma el Día de Acción de Gracias y con él comienza el calendario de los fuertes rallies estacionales que se prolonga festivo hasta enero. Son los mejores meses del año. ¿Superchería? Una anomalía curiosa y tenaz. Que las brujas no existen pero que las hay, las hay.

Dejá tu comentario