18 de enero 2019 - 00:02

Lo que se dice en las mesas

Recalculando el "carry" . Aportantes off shore. ¿Vuelve la Logia cuponera?. "El Holandés" entró al Rofex bien acompañado. Default a la china. Tsunami de vencimientos este año y curiosidades.

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Con muchos regresos veraniegos las mesas de operaciones volvieron a mostrar un activismo similar al de cualquier mes del año. Otro retorno fue el del dólar a la “zona de confort” del BCRA, lo que realimentó los recálculos del “carry trade”. Las tasas de interés de plazo fijo en pesos han caído más de 10 puntos en los últimos treinta días. Sin embargo, los datos del BCRA muestran que los plazos fijos en pesos privados crecen el 4,8% mensual este mes y ya superan los $1,05 billones (algo así como u$s27.000 millones). ¿Hasta cuándo esperarán los inversores, hasta abril, mayo o las PASO?, es sin duda una de las preguntas del millón. Mientras tanto, en el mercado los portfolio managers siguen intercambiando figuritas y se observa el mantenimiento de la estrategia de pesificar carteras. Algunos, que ahora se van a veranear, reparten posiciones y recogen parte del barrilete, o sea dolarizan. Muchas consultas con fondos del exterior sobre escenarios de reestructuración de deuda, con miras a quién gane en octubre 2019. Por lo pronto, señalaba un conocido gestor local, las grandes manos de afuera están tranquilas con sus papeles largos porque si no hay sorpresas desagradables, saben que se sentarán a la mesa de negociaciones, como en Kiev, y pueden llevarse otro “cupón PBI”. ¿Volverá la Logia? Se habla mucho de la campaña electoral, a pesar de la distancia. Pero de lo que se habla en las mesas es cómo los “inversores aportantes” están recurriendo a sus fondos “in black”. Así les piden a sus private bankers que les “traigan” algunos dineros off shore para aportar a los candidatos. Entre los “cuadernos” y demás yerbas el tema del financiamiento de la campaña está complicado. Por el momento los malabaristas off shore están actuando a full.

Más que uno de los tradicionales “afters” ayer fue un brunch, lo que se armó en el espectacular balcón terraza de la Torre Maipú donde opera el Rofex. El motivo: anunciar el ingreso de inversores extranjeros. Casi una rareza en el contexto criollo actual. Después de un año de negociaciones se cerró la venta del 5% del paquete accionario del mercado de futuros y derivados financieros “Rofex” (recientemente fusionado con el MATba) en manos de la Bolsa de Rosario al grupo Orange Equity Partners (capitales mayoritariamente europeos). La operación fue por u$s10 millones. El precio pactado estuvo dentro del due diligence interno, reconoció Andrés Ponte, presidente del Rofex, y recordó que estuvo bien lejos de anteriores intentos de otros inversores. El artífice de la operación fue Carlos Wagener, que fue, por su acento y ascendencia, apodado “El Holandés”, en medio de las negociaciones, y es más argentino que el asado de tira. Wagener es un ex-Chase Manhattan Bank, que también se desempeñó en Holanda en el área de commodities trading. Luego retornó al país en los ‘90 y formó un venture capital, “Tower fund” con gente del ex-Grupo Roberts, y luego otro con el HSBC. Participó de varias M&A a lo largo de los ‘90. Luego todo eclosionó en 2001 y recordó que le llegaron a ofrecer varias empresas energéticas por “un dólar”. Ahora nuevamente junto a algunos ex-Roberts y varios inversores europeos cerró el ingreso de Orange Equity Partners al Rofex. Y si bien, por ahora, no puede sentarse en el directorio, dado que ya se conformó por la fusión con MATba, no se trata de un inversor pasivo sino que quiere participar con ideas y proyectos. Wagener reconoció que tienen varios casos en carpeta de potenciales inversiones e incluso destacó que aún tenían en la mira a un banco, operación que se freezó tras la crisis cambiaria de 2018. Anduvieron por la terraza, además de los Rofex y Bolsa de Rosario, boy’s agente del mercado como Norberto Sosa, de IEB, y directivos del MATba, entre otros.

“Si Macri tiene tiempo para hablar con Alfaro ¿cómo no va a recibir a los holandeses?”, pensaba en voz alta un operador que se anoticiaba de la inversión durante un conference call con su casa matriz. Sus colegas en Wall Street le manifestaron estar inquietos por el fuerte aumento de los defaults chinos. En el último trimestre las ganancias corporativas cayeron mucho, y esto puede dificultar el cumplimiento de los vencimientos de 2019, después de un año récord de default. Este año los vencimientos de bonos corporativos suman nada menos que 3,5 billones de yuanes (u$s507.000 millones). Hay inquietud porque ni las medidas de apoyo del tercer trimestre lograron revertir la creciente tendencia de incumplimientos, lo que significa que las políticas de flexibilización solo pueden beneficiar a las empresas que cotizan en Bolsa o a los colosos industriales. Según Bloomberg las firmas chinas dejaron de pagar 108.000 millones de yuanes en bonos locales en 2018, más del triple de 2017. Lo más loco fue lo que sucedió días atrás con el incumplimiento de Kangde Xin: no pagó un bono local de 1 billón de yuanes (u$s148 millones) cuando meses antes dijo tener “en efectivo” 15.400 millones de yuanes, más del doble del monto total de su deuda a corto plazo.

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