13 de marzo 2019 - 00:01

"Logramos ser escuchados"

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La bocanada de aire fresco que traían los créditos hipotecarios al inicio de este Gobierno fue arrasada por la devaluación y la suba de tasas. La solución UVA, pese a sus vaivenes, amortigua el impacto pero no es suficiente.

El precio de los inmuebles urbanos no baja a pesar del mercado deprimido; la suba feroz de los alquileres comerciales provocó el masivo cierre de comercios. La inminencia del tratamiento de la llamada ley de alquileres y la bajísima renta desalienta la inversión en propiedades para este fin. Un contexto muy difícil al que se suma la incertidumbre política. Entonces, ¿cómo llevar adelante este objetivo “de inquilino a propietario”?

La compra en pozo es la clave. Estamos desarrollando un sistema integrativo para invertir en la compra en pozo con financiación bancaria y crediticia.

Tomamos el decreto presidencial que valida al boleto para ser afectado por un préstamo como punto de partida. El comprador obtiene financiación y adquiere el bien a un precio mucho más asequible que cuando la obra está terminada.

El desarrollador se garantiza la venta total de las unidades y las entidades financieras, cuentan con la credibilidad y transparencia de cada proyecto para otorgar préstamos a plazos convenientes.

De prosperar, cambiará la matriz de los negocios inmobiliarios y viabilizará la adquisición de propiedades para los que alquilan. Mucho auguran el fin del rol del corredor inmobiliario por el efecto de las aplicaciones digitales. ¿Es un hecho?, ¿cómo encarar este nuevo escenario? Lo que hace internet es abrir, expandir el negocio. Las formas tradicionales no desaparecen sino que conviven con las nuevas herramientas. Del fideicomiso a las plataformas crowfunding. De los marketplace “tradicionales” al boom de Mercado Libre o Airbnb, de los locales a la calle a la gran vidriera de las redes y sigue la lista.

Nada reemplaza el intercambio interpersonal, la visita y el trato personalizado, pero éste se verá intervenido por las nuevas tecnologías en cada instancia. La adaptación permanente al cambio es, paradójicamente, la única constante.

Un año electoral, complicaciones graves en la economía y crisis financiera, ¿qué puede hacer el sector para subsistir en este contexto y aún así proyectarse a futuro?

Para nosotros, el único camino es buscar consenso dentro del sector, unificar criterios y participar. Proponer e insistir para que haya normas, leyes e instrumentos fiscales que dinamicen el mercado.

Pese a una economía inflacionaria y recesiva que esta gestión no ha podido resolver, la buena noticia es que logramos ser escuchados. Este hecho es inédito y no sucedía en otras administraciones. Elevamos soluciones y son escuchadas, tienen espacio y es viable su implementación a corto plazo.

Sea cual fuere la decisión de las urnas, este es el camino y este es el rol de la CIA, unirnos bajo un mismo propósito y ser protagonistas del futuro de prosperidad que buscamos todos los corredores.

Presidente de la CIA (Cámara Inmobiliaria Argentina)

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