10 de junio 2019 - 00:01

López Obrador, bajo fuego por el acuerdo migratorio que apaciguó aTrump

Debe desplegar desde hoy la Guardia Nacional en la frontera con Guatemala y albergar a miles de inmigrantes que buscan ir a EE.UU. ¿La campaña electoral del republicano traería más exigencias?

Dignidad. Andrés Manuel López Obrador encabezó el sábado en Tijuana un acto por la defensa de la dignidad de México y la amistad con el pueblo de Estados Unidos. Los acuerdos se cumplen, dijo en tono conciliador.
"Dignidad". Andrés Manuel López Obrador encabezó el sábado en Tijuana un acto "por la defensa de la dignidad de México y la amistad con el pueblo de Estados Unidos". "Los acuerdos se cumplen", dijo en tono conciliador.

Ciudad de México - México evitó hacer grandes concesiones migratorias en la negociación con Estados Unidos para evitar aranceles a todas sus importaciones, pero se encuentra más débil que antes frente a posibles nuevas presiones de Donald Trump de cara al inicio formal de su campaña para la reelección presidencial.

Según el acuerdo alcanzado el viernes, México prometió desplegar de su recién creada Guardia Nacional en su frontera con Guatemala y acoger a miles de migrantes que buscan asilo en Estados Unidos mientras se tramitan sus solicitudes.

Encabezados por el canciller Marcelo Ebrard, los negociadores resistieron en Washington la demanda central de Trump de que México fuera declarado “tercer país seguro”, una clasificación que habría obligado a los migrantes centroamericanos a buscar refugio seguro en ese país y no en Estados Unidos.

El ex jefe de la Organización Mundial de Comercio (OMC) Pascal Lamy calificó la postura de Trump con su vecino y aliado como una “toma de rehenes”, lo que refleja las preocupaciones generalizadas en México de que el presidente estadounidense volverá a la carga con nuevas amenazas para obtener mayores concesiones.

Esos temores se agudizan porque Trump ha utilizado el ataque a México para reavivar su base electoral en repetidas ocasiones desde que inició su primera campaña para la Casa Blanca en 2015. Y todo indica que tiene la intención de mantener su estrategia en asuntos de inmigración y transfronterizos en su segunda campaña, que se iniciará oficialmente el próximo martes 18.

“Creemos que las amenazas, exigencias y tuits de Trump contra México van a continuar, sobre todo porque todo eso tiene el trasfondo político de las elecciones en 2020”, dijo Gabriela Siller, economista del mexicano Banco Base.

Siller espera que la moneda se aprecie hoy cuando abra el mercado local de cambios debido al alivio de que se haya evitado una guerra comercial, pero dijo que el alza podría durar poco.

El peso, que había sido golpeado en los últimos meses por el temor a una guerra comercial, se recuperó el viernes después de que Trump tuiteó que había una “buena posibilidad” de que se alcanzara un acuerdo comercial con México.

El expresidente conservador Vicente Fox, un férreo crítico del actual mandatario Andrés Manuel López Obrador, escribió en su cuenta de Twitter que al permitir que Estados Unidos dicte cómo, por ejemplo, México utiliza sus fuerzas de seguridad, el Gobierno ya ha cedido parte de su soberanía.

Ese sentimiento era compartido por el político de centroizquierda Ángel Ávila, quien calificó el acuerdo como “una rendición”. “México no debe militarizar su frontera sur”, afirmó Ávila, quien encabeza el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Otros, sin embargo, piensan que López Obrador no tuvo más remedio que dejar algo de terreno en las negociaciones, porque las aranceles habrían ocasionado una devastación económica en México, cuyo PBI se contrajo un 0.2% en el primer trimestre.

Francisco Labastida, un excandidato presidencial, dijo que la magnitud de la actual crisis migratoria era una amenaza para el propio México y que era necesario actuar independientemente de Trump.

“Si no hubiera sido por Estados Unidos, México habría tenido que cambiar por sí mismo su política migratoria simplemente por razones de seguridad nacional”, sostuvo, argumentando que las cifras actuales son inmanejables.

Carlos Pascual, exembajador de Estados Unidos en México, elogió el acuerdo como preferible a una espiral descendente de una guerra comercial, pero reconoció que dejó a México abierto a una mayor presión.

“México es débil económicamente y siempre será vulnerable si Estados Unidos está dispuesto a usar la política económica para hacer cumplir la política de seguridad nacional”, dijo. “No hay duda de que esto deja una espada de Damocles sobre la cabeza de López Obrador”, añadió.

Agencia Reuters

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