14 de agosto 2019 - 00:01

Macri al límite: contacto con "Wado" y fuga de votos hacia Lavagna

Casa Rosada inició gestiones para juntar al Presidente con Alberto Fernández. Temen voto bronca en octubre a favor de Consenso Federal y corte de boleta en cascada de Larreta, Vidal y los intendentes.

Tercera vía. Lavagna se reunió ayer con Juan Manuel  Urtubey y Graciela Camaño para planificar la campaña de cara al 27 de octubre. Apuntan a sumar votantes descontentos con Macri tras el resultado de las PASO.
Tercera vía. Lavagna se reunió ayer con Juan Manuel  Urtubey y Graciela Camaño para planificar la campaña de cara al 27 de octubre. Apuntan a sumar votantes descontentos con Macri tras el resultado de las PASO.

La reacción de Mauricio Macri culpando al electorado por haber votado al peronismo, sumada a la corrida cambiaria de las últimas 48 horas, la disparada del riesgo-país y el inminente traslado de la devaluación a los precios exponen al oficialismo al peor escenario para las elecciones generales del 27 de octubre. En la Casa Rosada temen una migración de votos propios hacia Roberto Lavagna y un crecimiento de Alberto Fernández que podría, a partir del corte de boleta, configurar un resultado electoral apocalíptico para el Presidente.

El lunes por la noche, tarde en Olivos, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Rogelio Frigerio le pidieron a Macri que modere el tono político y se haga cargo de la crisis. El mismo pedido le había hecho Alberto Fernández. Ayer el gobernador radical, Gerardo Morales (Jujuy), insistió con ese reclamo. El Presidente comprendió su exceso verbal tras la paliza de Alberto F. en la PASO. Macri hablará hoy por la mañana desde Casa Rosada para anunciar el paquete de medidas económicas. En paralelo, Frigerio abrió un canal de negociación con el Frente de Todos a través de Eduardo “Wado” De Pedro. Ya se habían comunicado el domingo por la noche cuando no aparecían cargados los datos del escrutinio provisorio. Y ayer volvieron a hablar. El objetivo es concretar una reunión entre el Presidente y el candidato del peronismo para llevar un mensaje de unidad nacional que tranquilice a los mercados. Todavía se pulen los detalles de ese eventual encuentro que Fernández repasó ayer en sus oficinas junto a Felipe Solá y al jefe del bloque PJ en el Senado, el cordobés Carlos Caserio.

La interna en Cambiemos complica el panorama. Marcos Peña venía resbalando como jefe de Gabiente, pero conservaba el respeto de sus pares como jefe de campaña. La cena del lunes en Olivos le quitó también ese crédito. Celador de la política económica, Peña fue el encargado de limpiar a Carlos Melconian del Banco de la Nación y a Alfonso Prat Gay del Ministerio de Economía para sostener a Dujovne pese a todos los desatinos en los pronósticos inflacionarios y políticas para no reactivar el consumo.

Incluso Macri le reprochó a Peña la imposibilidad de prever el escenario de una derrota por 17 puntos frente al kirchnerismo. Si la Casa Rosada hubiese contado con esa información, podría haber anticipado el tardío paquete de medidas que anunciará Dujovne, suba de retenciones incluidas, para tranquilizar al electorado de Cambiemos. Hasta se podría haber evaluado el desdoblamiento de la elección bonaerense, como insinuó María Eugenia Vidal, o la búsqueda de otro/a candidato a la presidencia.

El escenario es ahora dramático para la Casa Rosada en términos políticos. Para subsistir electoralmente, aunque nunca lo admitan, Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y hasta los intendentes del PRO necesitan impulsar el corte de boleta, sin Macri. Se trata de un corte en cadena. Un efecto de cortes en cascada. Larreta debe apelar a electores de Alberto Fernández y Roberto Lavagna para trepar al 50% y ganar en primera vuelta en octubre ante Matías Lammens. La gobernadora tiene un desafío aún mayor. Un error en el cálculo de votos en la provincia de Buenos Aires, que incluyó a los blancos e impugnados como computables cuando no lo son, estiró la diferencia a favor de Axel Kicillof a 18 puntos. También a ella le urge liberarse de la boleta de Macri. Y se expone al riesgo de que los intendentes macristas del conurbano a su vez corten boleta para pegarse a Kicillof y salvar sus municipios.

La suba de las retenciones que evalúa la Casa Rosada para financiar una mejora de la clase media a través de la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias terminaría de dinamitar el descontento que ya expresaron distritos agrícola-ganaderos contra Macri. En Junín, por ejemplo, cuarta sección rural de la provincia, el intendente del PRO, Pablo Petrecca, cayó ante el candidato del Frente de Todos, el radical Mario Meoni.

Ante la percepción de la imposibilidad de Macri de dar vuelta el resultado en octubre, se produciría una migración de votos hacia Lavagna que podría castigar la reacción presidencial post-PASO y el nuevo descalabro económico que intenta timonear el oficialismo para cumplir el mandato. Todavía falta la elección general de octubre cuando, de ampliarse la ventaja a favor de la fórmula Alberto-Cristina, podría replicarse el overshooting del precio del dólar y la espiral inflacionaria.

Ayer, a 48 horas de las PASO, Lavagna se reunió en su oficina con su compañero de fórmula, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, y la mesa de conducción de Consenso Federal para evaluar los resultados de los comicios y en ese encuentro se fijaron como meta “convertirse en segunda fuerza nacional y competir en un balotaje”. Por otra parte, la mesa de conducción nacional de Consenso Federal coincidió en que la crisis económica que afecta a los argentinos “obedece al derrumbe de la polarización que habían construido el Gobierno de Macri y el kirchnerismo”.

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