22 de marzo 2019 - 00:01

"Maravilla" Martínez: "Nadie te prepara para ser exdeportista"

En una charla con estilo á, Sergio "Maravilla" Martínez habló sobre las enseñanzas que le dejó el boxeo, el antes y después de ser campeón del mundo, y la vida tras bajarse del cuadrilátero.

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A sus 44 años, y ya alejado del ring, Sergio “Maravilla” Martínez es una gloria del boxeo argentino. De sus 56 peleas como profesional levantó triunfante sus brazos en 51, fue campeón en distintas categorías y llegó a ser considerado el tercer mejor púgil libra por libra del mundo detrás de los legendarios Manny Pacquiao y Floyd Mayweather.

Luego de su mítica pelea con el mexicano Julio César Chávez Jr., que tuvo despiertos a miles de espectadores en septiembre de 2012, le llegó el merecido reconocimiento masivo -ya lo tenía para los seguidores del deporte-, y la fama. “Cuando era campeón del mundo vivía como un fórmula 1. No me daba tiempo a vivir lo que pasaba en ese momento”, cuenta en un mano a mano con Estilo á.

Sin embargo, el éxito no lo mareó. Cuando sintió que llegó el momento colgó los guantes, aunque aún no sabe si para siempre. De hecho estuvo a punto de volver el año pasado, pero finalmente esa oportunidad no se concretó. Hoy, reparte su tiempo entre sus afectos, el stand-up, y charlas que brinda en foros y empresas sobre motivación y superación personal.

¿Qué te dio el boxeo?

Sergio Martínez: Lo que más puedo destacar del boxeo es que me dio un temple interno que yo jamás hubiese tenido sin el boxeo en la vida. Y eso es lo que me llevó a ser campeón. Es como cuando un herrero fabrica una espada, le saca filo, esa espada puede cortar, pero corta un poco y se rompe. Hace falta meterla en un horno a cierta cantidad de grados y cuando la saca ese hierro ya está templado. Eso hace el boxeo. Ese temple que me dio me sirvió para afrontar la vida de la forma que lo hice.

¿Después de ser campeón ¿cómo fue tu vida?

S.M.: Cambian algunas circunstancias. Cambian las miradas de otras personas para con uno. A mí me pasó después de ganar por primera vez un título mundial, a veces lo digo en broma, que empecé a comer y en mi casa, cosa que para mí era importante porque en su momento era difícil para mí. Pero me dio seguridad donde antes tenía incertidumbre. Ser campeón me dio la seguridad de saber que estaba haciendo las cosas bien.

¿Ahora que estás alejado de la actividad profesional, cómo es tu vida después del boxeo?

S.M.: Está por momentos bueno y por momentos muy bueno. Y en algunos momentos quizás, no digo que tenga nostalgia, pero sí que hay cosas que me gustaría volver a pasar para ver si las puedo hacer mejor. Aunque tampoco estoy desesperado por eso. Es mucho mejor mi vida ahora que antes. Cuando era campeón del mundo vivía como un fórmula 1. No me daba tiempo a vivir lo que pasaba en ese momento; no te da tiempo de disfrutar el presente.

Siempre se dice que el deportista se prepara para ser deportista, pero no para ser exdeportista...

S.M.: Exacto. Es verdad. Uno no se prepara para ser exdeportista. Podés ser excampeón, pero ser exdeportista es muy difícil. Por eso pasa lo que pasa, cuando vez muchos que luego de dejar la actividad viven verdaderos dramas, estados depresivos, vidas en las que dejan de generar económicamente la misma cantidad de ingresos, pero no los gastos. Entonces van a bancarrota. A veces buscan una vida vertiginosa porque están acostumbrados a eso. Como la tuve yo, en el deporte, en algo positivo. Y a veces con tal de vivir una vida de vértigo eligen el camino equivocado. No te preparan para ser exdeportista. Y está bien que no te preparen. Porque eso es madurez. Es parte de la madurez humana.

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"<divépico. El 15 de septiembre del 2012, "Maravilla" le ganó a Chávez Jr. por amplio margen en las tarjetas. Quedará en la memoria el último round, en el que el mexicano derribó al argentino y rozó el nocaut.
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épico. El 15 de septiembre del 2012, "Maravilla" le ganó a Chávez Jr. por amplio margen en las tarjetas. Quedará en la memoria el último round, en el que el mexicano derribó al argentino y rozó el nocaut.

¿Vas a volver a pelear?

S.M.: Lo intentaría pero no sé sinceramente si puedo volver. El año pasado estuve cerca. La pelea con Julio César Chávez Jr., la revancha, estuvo a punto de hacerse pero faltó la firma de él; firmamos todos, incluso su promotor, su mánager, su entrenador, su representante, por mi parte firmamos mi socio y yo, firmó el promotor de la pelea, firmó la televisión, pero él no firmó. Así que no se pudo concretar. Y otro combate es muy difícil que la televisión lo quiera pagar, porque la taquilla no sería la misma.

¿Pero tenés ganas?

S.M.: Sí, pero sin estar desesperado. Llevo tres meses sin entrenar y eso es todo un indicativo. Si no estaría entrenando incansablemente como lo hacía antes. Me entrené, me preparé para una supuesta pelea que no se concretó. Vine a Argentina comencé una gira por Argentina, Uruguay, Paraguay, y dejé de entrenar. No tengo los tiempos para entrenar como tenía antes... ni me los hago. Eso es importante. Porque antes me hubiese hecho los tiempos, cuando estaba en alta competencia. Hoy me lo tomo con calma.

¿Esta faceta de hablar en las empresas como la vivís? ¿qué le aportas a las compañías con tu experiencia?

S.M.: Trato de darles la claridad con la que yo fui aprendiendo. Trato de ser eficaz. De en tres o cuatro puntos decirles cosas importantes que puedan servirle a las personas. Las empresas están formadas por personas. Y eso es lo que me gusta y transmito. Por ahí dicen ‘hay una empresa rival que nos está comiendo’ y yo les digo ‘chicos, son personas las que los están comiendo; ¿qué pasa? ¿son seres superiores? no, son seres humanos. La diferencia es que tienen garra, ganas, tienen actitud. En definitiva todo se resume en eso, en la actitud. Entonces yo trato de aportarles eso. De mostrarles que las herramientas están dentro de cada uno.

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