18 de junio 2019 - 00:00

Mensaje "antilocuras" de Corte para candidatos: ni ampliación ni eventual "revisión" de sentencias

Gobierno -que evalúa agrandar tribunal si gana- y Alberto Fernández -que anunció revisión de sentencias judiciales si acceden al poder- fueron los destinatarios de los discursos con "metamensaje". Decisión uniforme de "abroquelarse" ante ataques de ambos lados de la "grieta". Tratan de evitar quedar tironeados por campaña.

Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.

El mensaje tuvo como destinataria a toda la clase política. Y repercusión más allá de los límites de la General Paz, donde era mirada con atención la intervención de los miembros de la Corte Suprema en las jornadas organizadas por Federación Argentina de la Magistratura y la Función Judicial (FAM) que tuvieron epicentro el jueves y el viernes en el CCK. La intención -no coordinada pero sí conversada entre los ministros- fue brindar una respuesta a los cada vez más intensos cuestionamientos sobre el Poder Judicial que comenzaron a asomar en el marco de la campaña electoral.

El espíritu de las ponencias fue marcar un límite invisible tanto a la idea del Gobierno sobre una ampliación de la Corte Suprema, iniciativa revelada por Ámbito Financiero para el caso de consagrarse victorioso en octubre, como lo expuesto por el precandidato K Alberto Fernández sobre una eventual revisión de sentencias. Lo que visualizaron en el cuarto piso del Palacio de Tribunales es que no habrá límites en lo que quede hasta las elecciones. La perspectiva de un freno a las “locuras” demagógicas de coyuntura electoral se cristalizó en los discursos. “Los ´republicanos´ (por Cambiemos) quieren ampliar la Corte porque no le gustan los fallos, y los que estaban en contra de la ´cosa juzgada írrita´ porque podría reabrir causas contra los miembros de su gobierno (por Cristina de Kirchner y su entorno) ahora quieren revisar sentencias”, graficó un habitante del máximo Tribunal cuál fue el diagnóstico que motivó la decisión de abroquelarse detrás de un discurso uniforme en el “metamensaje”. Lo relevante no fueron las palabras que utilizaron, sino la decodificación de la unión transitoria entre los miembros de la Corte para conjurar cualquier intención llegada desde la política para bombardear institucionalmente a la justicia.

El auditorio fue ideal. Cerca de 800 magistrados de distintas latitudes asistieron al encuentro de las Jornadas Científicas de la Magistratura Argentina organizadas por la FAM, donde otro de los objetivos se cumplió: llevarles “tranquilidad” más allá del microclima que envuelve a la Capital Federal y a los siempre protagonistas tribunales federales de Comodoro Py. No todo gira en torno a esa galaxia para el mundillo judicial. Ya habían escuchado los rumores sobre una eventual ampliación en la integración de la Corte a 9 ministros. Y en el Poder Judicial había caído peor de lo que evaluaron desde el Instituto Patria la insinuación explícita de Fernández sobre la rendición de cuentas que les llegaría a los jueces a partir de diciembre (pese a que luego intentó edulcorarlo). “Atacados” a ambos lados de la grieta, la Corte mostró reflejos de unidad para bloquear el uso intensivo que tendrá el asunto judicial en la previsiblemente encarnizada campaña electoral.

El otro mensaje para ejemplificar el registro de unidad conceptual que pretendían transmitir fue el de la taxativa división de poderes y la limitación a los jueces tanto como para legislar como para gobernar. Rosenkrantz abrió la jugada con un breve pero contundente mensaje: “Se ha dicho recientemente que los jueces hacen política y que por ello no tiene sentido exigirles ser independientes. Según esta manera de ver las cosas, la actividad judicial es la continuación de la política por otros medios. Y dado que no hay una diferencia entre juzgar y hacer política, se formula una propuesta extrema y radicalizada: prescindir directamente del Poder Judicial y reemplazarlo por órganos políticos de representación popular. Estas propuestas sin duda son inconstitucionales y anti-republicanas. Pero también son profundamente irrazonables”. El eje del dardo apuntó no solo al referente judicial del kirchnerismo, el exjuez de la Corte Eugenio Zaffaroni, afecto a declaraciones que espantan a gran parte de los jueces, sino al intelectual Mempo Giardinelli. Dos exponentes “espanta-indecisos” para la fórmula Fernández-Fernández pero a los que el ámbito judicial prestó atención por su ascendencia.

Límites

Rosatti fue en sintonía pero atacó otro flanco: “el Poder Judicial debe su existencia y su vigencia a la Constitución Nacional y, afortunadamente no depende ni de la voluntad ni de opiniones coyunturales” y afirmó que “el legislador crea las leyes, el Ejecutivo las reglamenta y el juez las aplica. Pero todos los poderes tienen su límite en la Constitución Nacional. Se pide que el juez no juegue a ser político y estoy de acuerdo. Pedimos que el político respete las decisiones judiciales, aunque no las comparta”. Lorenzetti, que no participó en discursos agregó colofón al mensaje: “Querer eliminar al Poder Judicial o modificar sentencias por medio de una ley afecta seriamente la división de poderes”. Destacó que su independencia es “política de Estado en la Corte”.

Si el Poder Judicial sigue siendo objeto de la campaña electoral será un interrogante a despejar.

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