2 de agosto 2019 - 00:01

México bajo el sargazo

Casi 400 toneladas diarias de algas marinas ponen en riesgo al turismo, el principal sostén de la economía de la Riviera Maya. Se invirtieron más de 200 millones de dólares en todo el Caribe en tareas de prevención y limpieza. Opinan los especialistas.

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Las aguas cristalinas de los folletos turísticos que promocionan las bondades del Caribe mexicano hoy están teñidas de un marrón verdoso. El mar turquesa que dominaba el paisaje de destinos como Cancún, Playa del Carmen y Tulum ya no es tan turquesa. La arena blanca está tapizada de oscuro. La escena es triste. Mil kilómetros de playas vestidas de algas conocidas popularmente como sargazo amenazan y ponen en jaque a la industria del turismo, el principal sostén de la economía de la Riviera Maya.

Según la última estimación de la ONG Red de Monitoreo de Sargazo Cancún, este año llegarán a la zona entre 800.000 y un millón de toneladas de algas, una cantidad que quintuplica las 170.000 toneladas que arribaron en 2018. Según coinciden los especialistas, el fenómeno, lejos de solucionarse, aumentará significativamente en el mediano plazo. En términos económicos, se invirtieron hasta el momento más de 200 millones de dólares en todo el Caribe en tareas de prevención y limpieza.

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“En el año 2011 se registra por primera vez la extraña llegada de toneladas de sargazos a las playas del Caribe y de África Occidental, iniciándose un fenómeno masivo y recurrente que se repitiera al menos otras cuatro veces en los últimos nueve años”, cuenta Diego Rodríguez, biólogo marino, profesor de Ecología Marina de la Universidad Nacional de Mar del Plata. “La cantidad de sargazos fue cada vez mayor, ya que en 2011 se estimó que arribaron 4 millones de toneladas al Caribe, mientras que en 2018 fueron 20 millones, cantidad dos veces mayor a la biomasa presente en el Mar de los Sargazos. Sólo en playas mexicanas, se calcula que arribaron unas 170.000 toneladas el año pasado”, agrega el especialista, quien es también Investigador del Conicet.

UN TEMA DE ESTADO

Lo cierto es que el sargazo en México es un tema de Estado y enfrenta al Gobierno con la sociedad. Mientras el presidente López Obrador minimiza el problema al considerar que “no es grave” y que “es un hecho menor”, los habitantes de los distritos más afectados y el sector empresario presentaron una carta a las autoridades gubernamentales donde denuncian que “las playas han perdido el color cristalino de sus aguas y sus tonalidades azul y verde turquesa; los peces mueren por la falta de luz y del oxígeno que les roba el sargazo, las tortugas se ven afectadas al igual que el arrecife coralino. La recolección del sargazo en la playa produce erosión y su putrefacción un gas ácido con olor a huevo podrido que puede ser nocivo para la salud humana”, advierten.

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La respuesta de López Obrador causó más desconcierto. Reveló que utilizará una partida presupuestaria especial de 2,5 millones de dólares para construir embarcaciones sargaceras para recolectar el alga. “Con 10 o 12, más algunas barreras, podemos ir atacando el problema”, puntualizó, antes de disparar una frase que generó polémica. “En Ciudad de México se recolectan diariamente 13.000 toneladas de basura, mientras que en las playas del Caribe se recogen 341 kilos de sargazo”. Un error que los periodistas locales no dejaron pasar, precisando que son mil toneladas las que se recogen por día.

BASUREROS CLANDESTINOS

Mientras tanto, el sargazo causa graves daños ecológicos, algunos irreparables. En Cancún, por ejemplo, las casi 40 toneladas que se juntan por día son arrojadas en basureros clandestinos. Al respecto, investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertaron que “cuando la macroalga se apila en determinado lugar, los lixiviados que se producen derivados del proceso de descomposición (el amonio, nitrógeno, fósforo, arsénico y ácido sulfhídrico) se filtran al subsuelo”. Cabe recordar que el año pasado, la Secretaría del Medio Ambiente (SEMA) estatal habilitó siete depósito oficiales, que “hoy están saturados”, analizan los especialistas.

FLORECIMIENTO ALGAL NOCIVO

Vanesa Traverso, bióloga marina y técnica en Fundación Mundo Marino, asegura que “hay microalgas que pueden producir toxinas. En los próximos años se puede dar un florecimiento algal nocivo, hay que estar muy alerta”, advierte, antes de contar una experiencia personal: “Hace poco encontramos pingüinos con parálisis. Investigando, descubrimos que hay (microalgas) diatomeas y dinoflagelados que pueden producir toxinas. Lo producen como metabolito y lo liberan. Si son pocos, no pasa nada, pero en el agua puede haber mucho nitrógeno, fósforo, o altas temperaturas, entonces las algas empiezan a crecer, a multiplicarse y pueden contaminarse. Ahí es cuando pasa a ser riesgoso, tanto para los animales como para los seres humanos”, aclara Traverso. Los consultados coinciden en que el sargazo es feo a la vista pero no es tóxico. “Sin embargo, si se pudre libera ácido sulfhídrico, que es nocivo para la piel y si se ingiere puede producir daños circulatorios y nerviosos. Es clave limpiar enseguida las playas”, dice Traverso y agrega: “Como cualquier alga, hace fotosíntesis y esto les quita oxígeno a los seres vivos que habitan bajo la superficie”. Según un estudio reciente de la UNAM, la combinación de los materiales emanados de esta alga en el agua, causó hasta el momento la muerte de organismos de 78 especies.

MENOS ARGENTINOS

Los destinos del Caribe son, desde siempre, muy demandados por los argentinos. “Respecto al año pasado, las ventas a México cayeron un 16%. La gente se está yendo a Cuba, donde las ventas aumentaron un 164%”, relata Stefano Mazzei, de Business Intelligence de Avantrip.

Inés Peluffo, de Turismo City, reconoce que “los que están perdiendo ocupación son los hoteles ubicados en las playas afectadas”, aunque aclara que Cancún sigue siendo un producto todavía muy solicitado: “Está en el top 5 de lugares más buscados por los argentinos”, asegura. La postal entristece, cientos de kilómetros de playas idílicas “enterradas” bajo el sargazo. Una industria entera tambalea. No hay soluciones mágicas. No existen políticas de Estado que tiendan a solucionar el problema en el corto plazo. “Si no te toman acciones coordinadas para evitar que cantidades masivas de sargazo lleguen a las playas del Caribe mexicano, corremos el riesgo de que las aguas azul turquesa y playas blancas dejen de existir dentro de pocos años”, advirtió el Laboratorio de Botánica Marina de la Universidad Nacional Autónoma de México. ¿Mito o realidad? El tiempo será testigo.

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