Así es la mansión de Sergio Mayer e Issabela Camil: elegancia, arte y la vida familiar de los millonarios más reservados de Televisa

La lujosa casa de los millonarios Sergio Mayer e Issabela Camil combina arte, madera y elegancia en cada rincón de su residencia en Chimalistac.

El matrimonio conformado por Sergio Mayer e Issabela Camil ha logrado mantener una vida familiar sólida y discreta, pese a la fama que ambos han construido en el mundo del espectáculo. Su hogar, ubicado en la exclusiva colonia Chimalistac, dentro de la alcaldía Álvaro Obregón en la Ciudad de México, refleja a la perfección su estilo: elegante, artístico y profundamente familiar.

Aunque son reservados en muchos aspectos, Mayer y Camil han permitido que sus seguidores conozcan algunos rincones de su mansión a través de sus redes sociales. Cada fotografía y video compartido por ellos o sus hijas muestra un entorno cálido, lleno de detalles que hablan de su gusto por el arte, la tradición y el confort.

Así es la mansión de Sergio Mayer e Issabela Camil: un refugio familiar con historia

Desde 2015, Sergio Mayer e Issabela Camil viven en esta residencia acompañados por sus hijas Antonia y Victoria. El actor también comparte su hogar con su hijo mayor, fruto de su relación con Bárbara Mori, quien los visita con frecuencia, lo que convierte la casa en un punto de encuentro familiar donde conviven generaciones.

El matrimonio ha transformado la propiedad en un auténtico refugio urbano, donde cada espacio está pensado para el descanso y la convivencia. En los amplios jardines, por ejemplo, suelen pasar tardes enteras en familia, acompañados de sus mascotas y disfrutando de la tranquilidad que ofrece una de las zonas más tradicionales y verdes de la capital mexicana.

La decoración interior de la casa refleja el refinado gusto de Issabela Camil, quien ha impregnado cada rincón con un toque de elegancia y calidez. Predominan los pisos, puertas y muebles de madera, que aportan un aire acogedor y sofisticado, mientras que los tonos neutros y naturales dominan la paleta de colores.

Entre los detalles más característicos están las cortinas largas, los tapetes artesanales y los cuadros de arte que adornan las paredes, dando un aire de galería privada a los espacios comunes. Además, varias fotografías familiares reposan en marcos de diseño clásico sobre mesas y repisas, reforzando la sensación de hogar y cercanía.

Uno de los aspectos más destacados de la mansión es su colección de arte, compuesta por pinturas y esculturas que reflejan el interés de la pareja por la cultura y la estética. Las lámparas de cristal, los techos con molduras y los muebles de época complementan la atmósfera de lujo sobrio que caracteriza al lugar.

La casa también cuenta con un área de estudio y espacios abiertos con ventanales que permiten la entrada de luz natural, integrando la vegetación del jardín con el interior. Es común ver a Mayer en estas áreas realizando transmisiones en vivo o trabajando en proyectos personales, mientras Issabela comparte momentos más íntimos con sus hijas.

Lejos de la imagen solemne que proyecta su hogar, los Mayer-Camil se muestran cercanos y espontáneos en redes sociales. Desde allí comparten videos, fotografías y transmisiones en vivo en las que se percibe la armonía que reina entre ellos.

Incluso han creado su propio podcast familiar, titulado En Familia con los Mayer, donde hablan de temas personales, anécdotas y reflexiones sobre la vida en pareja y la crianza de sus hijas. Esta faceta mediática les ha permitido mantener un lazo directo con sus seguidores, mostrando su vida cotidiana desde el mismo lugar donde todo ocurre: su majestuosa casa de Chimalistac.

Más allá del lujo, lo que define la mansión de Sergio Mayer e Issabela Camil es el equilibrio entre lo estético y lo emocional. Cada objeto, cuadro o mueble tiene una historia, y cada espacio está diseñado para convivir y compartir.

Su hogar se ha convertido en el escenario perfecto para una familia que, aunque pertenece al mundo de los millonarios de la televisión mexicana, prefiere vivir rodeada de naturaleza, arte y momentos genuinos lejos del ruido mediático.