Antes de que el nombre de Carlos Slim Helú dominara las listas de los empresarios más acaudalados de México y del mundo, existió otro magnate que ostentó el título del hombre con la fortuna más grande del país: se trata de William Oscar Jenkins.
Fue el hombre más rico de México antes de Carlos Slim Helú y no lo dejó herencia a ningún familiar: la disputa por una de las mayores fortunas del país
El destino de la inmensa riqueza del hombre que precedió a Slim como el más acaudalado del país se convirtió en un litigio tras su decisión de excluir a sus familiares de la herencia.
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William Oscar Jenkins fue el hombre más rico de México.
Su historia, marcada por el éxito en los negocios y el amasamiento de una riqueza monumental, contrasta con el desenlace de su patrimonio al momento de su fallecimiento, un hecho que generó gran revuelo y controversia.
Lo que distingue el legado de este empresario es la decisión de no dejar su vasta herencia a ningún miembro de su familia, un hecho poco común entre las grandes dinastías económicas.
William Oscar Jenkins, el hombre más rico de México antes de Carlos Slim Helú
La estirpe de los Jenkins se ha erigido como una de las más relevantes y con mayor peso en el estado de Puebla, México. Su notoriedad se debe tanto a su significativa participación en el impulso económico y cultural de la zona, como a los diversos escándalos que han salpicado a sus integrantes en tiempos recientes.
Todo comenzó con William Oscar Jenkins, un ciudadano estadounidense oriundo de Tennessee, quien arribó a México a comienzos del siglo XX. Gracias a su aguda visión para los negocios, logró acumular una cuantiosa riqueza al descubrir en Puebla un entorno idóneo para sus emprendimientos.
Su incursión inicial fue en el ramo textil, pero no tardó en extender sus dominios al sector de los bienes raíces y la industria cinematográfica, llegando incluso a hacerse con el control total de las salas de proyección en el país.
Jenkins forjó un vasto imperio que englobaba cadenas de cines, instituciones bancarias y una variedad de otras compañías. A la par de su faceta empresarial, destacó como un notable filántropo al establecer la Fundación Mary Street Jenkins, nombrada así en homenaje a su esposa.
Dicha fundación se ha convertido en un elemento clave para el fomento de la educación y la cultura en Puebla, destinando recursos a financiar proyectos e instituciones de renombre, como la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
La disputa por la herencia de William Oscar Jenkins
Tras el fallecimiento de William O. Jenkins en 1963, el fundador no designó a sus herederos directos para recibir su patrimonio. En su lugar, decidió dejar todos sus bienes a la fundación que lleva su nombre.
Esta determinación causó fricciones y desacuerdos en parte de la familia, que intentó obtener fondos de la fundación, contraviniendo sus normas iniciales. Este pleito escaló hasta incluir señalamientos de desvío de recursos y lavado de dinero, implicando incluso a funcionarios del gobierno estatal.
La situación se tornó más grave al salir a la luz actividades ilegales de ciertos parientes de los Jenkins, lo que motivó a la Fiscalía General de la República (FGR) a abrir investigaciones y solicitar órdenes de arresto. Como consecuencia, algunos de los involucrados huyeron de México, sembrando incertidumbre sobre el porvenir de la fundación y la obra de Jenkins.
A pesar de estos problemas, una parte de la familia sigue al frente de la fundación, esforzándose por mantener viva su obra filantrópica. Las contribuciones de la organización en sectores clave como la educación, la salud y la cultura siguen siendo esenciales para el progreso del estado de Puebla.
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