En el vertiginoso mundo de los negocios, donde fortunas se construyen y se desvanecen con una rapidez asombrosa, las historias de éxito suelen acaparar los titulares. Sin embargo, son las caídas, los tropiezos de gigantes que parecían invencibles, las que ofrecen las lecciones más profundas y duraderas.
La cadena de tiendas de Monterrey que era muy poderosa, entró en crisis y se declaró en quiebra: ya no existe más
El imperio regio que se derrumbó. Descubre la historia de HEMSA, la icónica tienda de Monterrey, y las claves de su sorpresiva quiebra que sacudió al mundo empresarial.
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El ecosistema empresarial mexicano ha sido testigo de cómo apellidos ilustres y emporios que definieron generaciones enteras pueden enfrentar crisis inesperadas. Para la nueva casta de millonarios y emprendedores, estos relatos son un recordatorio crudo y necesario: en los negocios, el pasado glorioso no garantiza un futuro perpetuo.
La noticia resonó con la fuerza de un sismo en el corazón comercial de Monterrey: HEMSA, la emblemática cadena de tiendas que durante casi cinco décadas formó parte del paisaje urbano y del imaginario colectivo de los regiomontanos, había llegado a su fin. El jueves 7 de diciembre de 2023 quedará marcado en el calendario empresarial como el día en que un juez dictaminó la quiebra de la compañía, cerrando así un capítulo fundamental en la historia del retail del norte del país. La tienda que lo tenía todo, desde un lápiz hasta un electrodoméstico, y que fue un referente para miles de familias, ya no existe más.
El colapso de HEMSA no es solo la crónica de un cierre comercial; es un análisis de caso sobre la adaptación, la resiliencia y los factores, tanto internos como externos, que pueden llevar a una empresa consolidada al borde del abismo. Desde la crisis post-pandemia hasta las complejas disputas legales, su desaparición invita a una reflexión profunda sobre los desafíos que enfrentan las empresas tradicionales en una era de constante disrupción económica y cambios en los hábitos de consumo.
La historia de HEMSA
Para entender la magnitud de esta pérdida, es crucial viajar en el tiempo hasta 1976. Fue en ese año cuando el visionario empresario Don Jesús Marcos Giacoman, una figura destacada en la comunidad de negocios de Nuevo León, dio vida a un concepto que, inicialmente, estaba enfocado en un nicho muy específico. Bajo el nombre de "Hilos y Estambres de Monterrey, S.A. de C.V.", la primera tienda abrió sus puertas en la avenida Juárez, en pleno centro de la capital neoleonesa. Su vocación original era la de ser un proveedor mayorista de mercería, un negocio robusto pero segmentado.
Sin embargo, la visión de Giacoman no tardó en expandirse. Para 1985, HEMSA experimentó una metamorfosis estratégica crucial. Dejó atrás su identidad exclusiva de mercería para transformarse en una tienda departamental de formato completo. Esta evolución le permitió competir en las grandes ligas del retail, incorporando progresivamente departamentos de perfumería, juguetería, blancos, ropa, papelería y artículos para el hogar. Llegó a manejar un inventario impresionante de más de 43,000 artículos distintos, convirtiéndose en la solución de confianza para el consumidor regiomontano. Su expansión continuó, y en 1994 inauguró una sucursal clave en el municipio de San Nicolás de los Garza, consolidando su presencia en la zona metropolitana.
Por qué desapareció HEMSA
El declive de un imperio rara vez obedece a una única causa; suele ser una confluencia de factores que, como una tormenta perfecta, terminan por derribar la estructura. Para HEMSA, la pandemia de COVID-19 fue un golpe devastador. Fuentes del sector y análisis locales señalan que la crisis sanitaria paralizó la economía y estranguló a innumerables negocios que, como HEMSA, dependían del flujo constante de clientes en sus pisos de venta. La carga de los gastos operativos, las obligaciones fiscales y los compromisos con proveedores se volvió insostenible en un entorno de ingresos mermados.
El tiro de gracia, no obstante, llegó desde el frente legal. El expediente 57/2022 del Juzgado Primero de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles revela el origen del fin. En 2022, la empresa Apolo Textil, en su rol de acreedor, interpuso una demanda para declarar a HEMSA en concurso mercantil, un mecanismo legal para exigir el pago de deudas vencidas que la cadena ya no podía solventar.
Tras meses de proceso, el fallo fue inapelable. El juzgado declaró "de plano el estado de quiebra" y ordenó la apertura de dicha etapa. Se instruyó al Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles la designación de un síndico para tomar control de los bienes de la empresa, liquidarlos y pagar a los acreedores en la medida de lo posible. Así, la historia de Hilos y Estambres de Monterrey, la tienda que se convirtió en un ícono del comercio regiomontano, concluyó no con una reinvención, sino con el frío lenguaje de un dictamen judicial que certificó su fin.
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