El condenado Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, fue trasladado a la penitenciaría federal ADX Florence, en el estado de Colorado. Allí será "vecino" de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, exlíder del Cártel de Sinaloa y también condenado por la Justicia de Estados Unidos.
Así es ADX Florence, la temida prisión donde García Luna y Chapo Guzmán serán vecinos: celdas de 2x3 metros y aislamiento total
El exsecretario de Seguridad Pública fue trasladado a la penitenciaria federal más segura y restrictiva de todo Estados Unidos.
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ADX Florence, la prisión de García Luna y Chapo Guzmán.
Previo a su traslado a la “supermax”, como se conoce a esta prisión, García Luna fue llevado a la penitenciaría USP Lee, en Virginia, una prisión de alta seguridad, luego de que su defensa denunciara condiciones de inseguridad en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, donde en los últimos años se han registrado riñas violentas.
Con este traslado, ya es un hecho que García Luna cumplirá en ADX Florence los 38 años y cuatro meses de prisión a los que fue sentenciado por el juez Brian Cogan en octubre de 2024, tras ser declarado culpable por conspiración para el tráfico de drogas, delincuencia organizada y falsedad de declaraciones.
ADX Florence: la cárcel más temida de Estados Unidos
Ubicada en el árido paisaje del estado de Colorado, la prisión ADX Florence es conocida como la cárcel más segura y temida de Estados Unidos. Su nombre oficial es United States Penitentiary, Administrative Maximum Facility, pero muchos la llaman simplemente "la Alcatraz de las Rocosas". Esta prisión federal de máxima seguridad alberga a los reclusos más peligrosos y notorios del país: desde terroristas hasta líderes de cárteles, pasando por asesinos múltiples y espías.
Construida en 1994, ADX Florence fue diseñada para mantener a sus internos completamente aislados del mundo exterior. Aquí no hay talleres comunes ni patios amplios: cada recluso pasa hasta 23 horas al día en una celda de concreto de apenas 2 por 3 metros, equipada con una cama, un escritorio y un lavabo, todo hecho del mismo material. Las celdas tienen ventanas pequeñas y anguladas para evitar cualquier vista directa al exterior, limitando incluso el acceso a la luz natural.
Los prisioneros apenas tienen contacto humano. Las visitas son extremadamente limitadas y se realizan detrás de cristales gruesos. Las pocas horas que pueden salir de su celda —generalmente una al día— las pasan solos en un pequeño corral al aire libre, rodeado por muros altos de concreto y con una reja por cielo. Las cámaras de seguridad y las puertas automatizadas refuerzan el ambiente de control total.
ADX Florence forma parte del sistema penitenciario federal estadounidense, pero opera con un nivel de vigilancia casi militar. Muchos de sus internos no solo han cometido crímenes atroces, sino que también se consideran amenazas en prisión: líderes de pandillas que ordenan asesinatos desde su celda o figuras del crimen organizado con recursos para planear fugas. La estructura está diseñada para hacer imposible cualquier intento de escape.
Además del Chapu Guzmán y García Luna, otros de los reclusos famosos son: el terrorista Ted Kaczynski, conocido como el "Unabomber" (quien murió en 2023); y Ramzi Yousef, uno de los autores del atentado de 1993 contra el World Trade Center. La lista incluye también a espías, supremacistas blancos, y responsables de atentados masivos.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han criticado duramente las condiciones de reclusión en ADX Florence, argumentando que el aislamiento extremo puede causar daños psicológicos severos. Algunos exreclusos han denunciado pérdida del habla, paranoia e incluso alucinaciones. A pesar de eso, las autoridades estadounidenses insisten en que esta prisión es necesaria para garantizar la seguridad nacional y controlar a los presos más violentos del sistema.
A diferencia de otras cárceles donde las riñas y motines son frecuentes, en ADX Florence reina un silencio casi absoluto. No es que los conflictos no existan, sino que la vigilancia es tan estricta que rara vez se materializan en violencia directa. Es un entorno donde el castigo no es solo el encierro, sino el aislamiento prolongado, la falta de estímulos y el olvido.
Para muchos expertos, ADX Florence representa el extremo del sistema penitenciario moderno: un lugar donde se encierra no solo el cuerpo, sino también la mente. Para sus internos, es probable que esa sea la última dirección en su vida. Y para el resto del mundo, un recordatorio de cómo Estados Unidos maneja a quienes considera demasiado peligrosos para estar en cualquier otro lado.
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