El pueblo mágico de Hidalgo con un colgante extremo que muy pocos se animan a cruzar

Un destino reconocido por sus paisajes pero también por esta particular atracción.

El programa Pueblos Mágicos fue desarrollado por el Gobierno para incentivar el turismo en todo México, buscando que los visitantes recorran todas las bellas localidades con las que cuenta nuestro país.

Son pueblos con riqueza cultural, histórica, natural y gastronómica, que ofrecen experiencias turísticas únicas, preservando sus tradiciones.

A continuación, conoceremos al Pueblo mágico con un colgante extremo que muy pocos se animan a cruzar.

Huasca de Ocampo, Hidalgo: El Pueblo Mágico con un colgante gigante

En el Pueblo Mágico de Huasca de Ocampo, Hidalgo —considerado el primero con esta distinción en México— se encuentra uno de sus principales atractivos turísticos: un puente colgante construido con madera y cuerdas que atraviesa un entorno natural espectacular. Aunque su diseño puede causar algo de vértigo, la estructura es completamente segura y representa una experiencia emocionante para quienes se animan a cruzarlo.

Este rincón del estado ofrece mucho más que adrenalina. Sus calles empedradas, antiguas haciendas y escenarios naturales convierten al lugar en una escapada ideal para cualquier época del año.

Entre los imperdibles de la zona destacan los prismas basálticos, un fenómeno geológico único que se formó por el enfriamiento de lava hace miles de años. Las columnas, de formas pentagonales y hexagonales, son bañadas por una cascada que cae directamente hacia la Presa San Antonio, creando un espectáculo visual que ha fascinado tanto a turistas como a especialistas en geología.

Huasca se ubica a solo 30 kilómetros de Pachuca, lo que facilita su visita desde la capital del estado. En este entorno lleno de historia, naturaleza y aventura, el puente colgante añade un toque de emoción que ha conquistado tanto a viajeros nacionales como internacionales.