Era una de las actrices más ricas de México, vivía en una mansión en Edomex y murió a los 80 años en la indigencia: suciedad por todos lados, poca comida y soledad extrema

Conoce la historia de Alma Delia Fuentes, una delas niñas prodigio del cine mexicano en su época de oro. Del éxito rotundo a la ruina.

De exitosa actriz a morir en la indigencia: la vida de Alma Delia Fuentes.

Alma Delia Susana Fuentes González, recordada como una de las niñas prodigio del cine mexicano y figura clave de la Época de Oro, tuvo una vida marcada por el contraste entre la fama y el olvido. Nacida en Ciudad de México (CDMX) en 1937, se convirtió en una estrella infantil con cintas como Una familia de tantas (1948) y, sobre todo, Los olvidados (1950), dirigida por Luis Buñuel. Su talento la llevó a ganar un Premio Ariel en 1951 y a trabajar junto a íconos como Fernando Soler, Jorge Negrete y Pedro Infante.

Pese a una carrera en ascenso, la actriz se retiró a los 17 años tras casarse con Julio Azcárraga, primo de Emilio Azcárraga Milmo, con quien tuvo cuatro hijos. Años después intentó volver a la actuación, participando en películas y telenovelas de la década de 1960, pero finalmente dejó el medio artístico en 1972 para dedicarse a su familia.

Su vida personal atravesó dos matrimonios y un retiro definitivo que la alejó del público y de la industria. Pero, tras varias décadas de desconocer sobre su vida, antes de su muerte se conoció una impactante noticia: vivía su vejez en la indigencia.

El triste final de Alma Delia Fuentes

Con el paso del tiempo, la que fuera una de las actrices más reconocidas y adineradas terminó sus días en condiciones desgarradoras. Habitaba lo que alguna vez fue su mansión en Naucalpan, Estado de México, convertida en una ruina llena de suciedad, humedad, muebles rotos y plagas.

Apenas contaba con alimento, acompañada solo por un perro, gatos y un perico, mientras dormía en el garaje de la casa. En medio de esa soledad extrema, murió el 2 de abril de 2017, a los 80 años, víctima de sepsis y osteomielitis. Su final marcó un contraste brutal con la gloria que alcanzó en la pantalla grande, dejando una historia que conmocionó al mundo del espectáculo mexicano.