24 de diciembre 2014 - 00:00

“Mi libro tiene mucho de Dan Brown y algo de Stephen King”

San Honorio: “El universo del género thriller,  sobre todo en aquellas novelas que buscan entrar en la categoría de best seller, está absolutamente dominado por los escritores anglosajones”.
San Honorio: “El universo del género thriller, sobre todo en aquellas novelas que buscan entrar en la categoría de best seller, está absolutamente dominado por los escritores anglosajones”.
 Un cruento asesinato y la renuncia de un Papa llevan a un hermeneuta estadounidense y a una parapsicóloga mexicana a una investigación secreta basada en un conjunto de famosas profecías que hablan del fin de la Iglesia Católica y la llegada del Apocalipsis, así iintentarán descubrir y denunciar una conspiración que pretende asesinar al nuevo pontífice. Esa es, a grandes rasgos, la trama central de la novela de Ramiro San Honorio "Argentum. Jesuitas guardianes de la profecía", que acaba de publicar Planeta.

Ramiro San Honorio es narrador, guionista, realizador y profesor de escritura creativa para cine, televisión, trasmedia y videogames. Ha escrito los documentales "Templarios en América", "Inquisición", "Vida eterna", "Tabú Latinoamérica Religiones y exorcismos", los libretos de las ficciones "No te enamores de mí, "El Paraíso" , "Malvinas 30 miradas" y "Fronteras". Junto al director de cine y TV Jorge Nisco ("Epitafios", "Mujeres asesinas", "Violetta") publicó la novela "El séptimo bastón de Dios". Dialogamos con San Honorio sobre su novela que no niega que nació bajo el influjo de las obras de Dan Brown.

Periodista: ¿Por qué eligió que su novela tenga como protagonistas a un hermeneuta estadounidense y una parapsicóloga acaso chicana, ocurra en diversos puntos del planeta, y de forma clave en el Vaticano donde se desarrolla una conspiración?

Ramiro San Honorio: Si hay un despliegue internacional es porque me lo imponía la historia. Un caso como el que ocurre en "Argentum" tiene un despliegue global, y las primeras pistas de una conspiración, las filtraciones de datos de documentos secretos pueden aparecer tanto en el lugar más obvio como en el menos pensado. Por otra parte el universo del género thriller, sobre todo en aquellas novelas que buscan entrar en la categoría de best seller, está absolutamente dominado por los escritores anglosajones. Como yo provengo del guión, del libreto para cine y televisión, del interés activo por la historieta, soy proclive a leer ese tipo de narrativa de intriga, de acción y suspenso, rápida pero de amplio desarrollo. Me di cuenta de que uno puede hoy contar la historia desde cualquier punto de la tierra, algo que por otra parte tiene una larga tradición en las novelas de aventuras. Al lector no le provoca ninguna sorpresa que yo comience en el Vaticano y luego pase a Manhattan, y de ahí regrese a Europa. Alan, el protagonista, es estadounidense, pero en algún momento se revela que nació en la Argentina, pero eso es apenas un guiño con el lector. Cuando se entra en la historia busqué que fuera como quien comienza una novela de John Grisham, de Tom Clancy, o más cercanamente de Dan Brown. Eso me llevó al tono de thriller planetario. Pero "Argentum" que comienza tan lejos, termina, como debía ser, en Buenos Aires.

P.: ¿Cómo surgen los personajes de Alan y Leslie, los protagonistas?

R.S.H.: De la novela anterior, "El séptimo bastón de Dios", que escribimos con Jorge Nisco, me quedaron las ganas de tejer una historia con un personaje que sea editor de libros, que esté en el mundo de los libros. De ahí surgió la idea de un hermeneuta, alguien que tiene el saber, el arte y la técnica para interpretar textos bíblicos, oscuros documentos sagrados. Pero eso es sólo el aspecto profesional, a eso se une que Alan es alguien dolido, alguien que vive secretamente la melancolía de haber perdido a su mujer y a su hija. Era interesante ver qué le pasa a alguien que ha perdió la fe, que no cree en nada, qué le sucede cuando se enfrenta con textos y personas que hablan de profecías y milagros. En el caso de la coprotagonista, de Leslie, el personaje surge de un hecho real, de una bebita que fue rescatada muchos días después de un terremoto en México, y a la que en los diarios se la llamó "la niña del milagro". Ese personaje me ofrecía a alguien que llega a científica y mantiene sus creencias. Así tuve dos aliados en una búsqueda, en la revelación de un misterio, que a la vez son ideológicamente antagonistas.

P.: ¿Qué buscó contar?

R.S.H.: Una historia que fuera atrapando página a página. Mi objetivo fue que fuera una historia sólida en cuanto a lo policial, al suspenso. En un aspecto es en los personajes una búsqueda de la fe, de saber si lo que aparece en profecías y predicciones tiene algo de cierto, de real. Buqué despojar al Vaticano del misticismo. Si bien hay una parte que sigue a las profecías, a través de Lucio, un guardia suizo, se habla del Estado Vaticano, de su servicio de inteligencia, de su banco, del poder poderoso que rodea la organización religiosa, algo que hace poco lo han dicho Barak Obama y Raúl Castro. En "Argentum" hay una historia con aspectos políticos, sociológicos y mistéricos, que tiene mucho de Dan Brown y un poco de Stephen King, o sea de los escritores que a mí me gustan.

P.: Para explicar la elección del Papa Francisco y la renuncia de Benedicto XVI, usted hace una mezcla herética del Tercer Secreto de Fátima, las predicciones de San Malaquías, Nostradamus y hasta nuestro Benjamín Solari Parravicini.

R.S.H.: La historia se inició cuando renuncia Benedicto XVI y cae un rayo sobre el Vaticano. Hubo diarios que titularon "Dios está enojado". Ahí me puse a estudiar sobre las Profecías del último Papa. Llevé mi investigación a History Channel, pero ya habían cerrado con otra productora para trabajar ese tema. Pocos meses después se elige a Francisco, el Papa argentino. Y en mis investigaciones de profecías había llegado a la lección de ese "Papa del Fin del Mundo" que iba a cambiar al Vaticano. Parravicini que había hablado de dos Papas en el Vaticano, y quedaba el que llegaba del sur. Y en dos profecías se habla de "Argentum", que prefiero no revelar porque tiene que ver con el final de la novela. Argentum Vivum era el mercurio. Las tierras de Argentum están relacionadas con el Santo Grial. Era un cóctel ideal para entrar en el género de Dan Brown y John Grisham. Eso es lo que sentí que interesaba en la editorial donde fui a ofrecer un ensayo sobre lo que había investigado.

P.: ¿Es cierto que ofrece datos del secreto de Fátima, sobre el fin del Vaticano, que no ha sido muy difundido?

R.S.H.: A lo largo de la novela hay tres profecías autorizadas por el Vaticano, que están contadas de forma narrativa, como si fueran pequeñas historias, y una cuarta que es la revelación del libro, y que está siendo analizada por el Vaticano para ver si es realmente una profecía para darle carácter oficial. Es la segunda parte de la carta de la Hermana Lucía de Fátima. El hermeneuta de esa carta, el hermeneuta oficial del Vaticano durante cuatro décadas, fue Joseph Aloisius Ratzinger, Benedicto XVI. Juan Pablo II fue quien abrió la profecía al público en la primera parte. La última parte tiene que ver con la etapa de quiebre del Vaticano, la llegada del último Papa, que no quiere decir que se acabe el mundo, sino que hay una transformación en lo que fue la Iglesia católica hasta este momento. También se habla ahí de un atentado al Papa.

P.: ¿Qué momentos le provocaron más impacto mientras escribía?

R.S.H.: Buscaba datos sobre el Vaticano, que no quería sacar de manuales ni de google. Mandé mails a la página del Vaticano y me respondían en italiano. Queria tener la mejor traducción. Me ayudó un amigo de la infancia, y a través de él llegué a la misma asesora que tuvo Dan Brown para "Ángeles y demonios", que es su tía, y es la Jefa del Museo del Vaticano. Silvia Travazini me contó muchísimas cosas, algunas que le dijo a Dan Brown, y él no quiso ponerlas, y que entonces yo las puse. Son cosas que resultan inverosímiles, pero a la vez por eso son tremendamente atractivas. Los datos del Vaticano fueron los más divertidos. Me ayudó contar con la lectura del escritor Roberto De Matteo, fue la mirada de alguien muy creyente, todo lo opuesto que yo. Cuando él me decía que algo que yo había escrito era demasiado duro, que era demasiado arriesgado, me sentía encantado.

P.: ¿Y ahora qué está escribiendo?

R.S.H.: Estoy trabajando en una película de terror, un género que me gusta mucho, y que a la Argentina le cuesta lograrlo. Soy un fanático de Narciso Ibáñez Menta, así que trataré de que sea un homenaje. La escribimos con Federico Filkenstein, que la va a dirigir. Está basada en un trauma que sufren las mujeres cuando están embarazadas. Trabajamos sobre un terror psicológico basado en investigaciones científicas. Por otra parte estoy por sacar un nuevo libro, "Diez pasos para escribir ficciones", donde hablo de guión de cine, de televisión, de trasmedia, y de videojuegos. Es el resultado de diez años de estar dando clases al respecto.

Entrevista de Máximo Soto

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