22 de febrero 2019 - 00:01

Miles de casos escondidos detrás del muro del silencio

Ciudad del Vaticano - Los casos de abusos sexuales cometidos en todo el mundo por hombres de la Iglesia son miles, y aunque aún no están cuantificados, la Iglesia trabaja en ese sentido.

Monseñor Charles Scicluna, “promotor de justicia” en la Congregación para la Doctrina de la Fe, anunció ayer en la cumbre para la Protección de Menores que, si bien no hay estadísticas globales y actualizadas, la Congregación está elaborando un informe que debería ser difundido “en los próximos meses”, acompañado de notas de contexto.

En junio de 2009 el cardenal Claudio Hummes, prefecto para el clero, declaró al semanario católico español Vida Nueva que “la Iglesia no puede cerrar los ojos frente a los casos de pedofilia entre sus propios sacerdotes, que en algunas diócesis llegan a involucrar a cuatro curas sobre cien”. Rectificó así lo dicho el 5 de enero de 2008 en el Osservatore Romano, que entre los sacerdotes “ni siquiera el 1% enfrenta problemas de conducta moral o sexual”.

El caso más clamoroso sigue siendo el de la diócesis de Boston, revelado por la prensa en 2002: 600 artículos, 1.000 casos de niños víctimas de abusos sexuales y psicológicos, 70 curas pedófilos y un cardenal en la mira, el desaparecido Bernard Francis Law, “reparado” en el Vaticano en 2004 como arcipreste de la basílica de Santa María Mayor.

El año pasado, en cambio, el gran jurado de Pennsylvania certificó que a partir de los años 40 más de 300 curas abusaron de más de mil víctimas, lo que condujo a la renuncia del cardenal de Washington Donald Wuerl.

Con los años, en Irlanda dos investigaciones independientes gubernamentales destaparon el sistema de silencio: el informe Ryan recogió más de 2.500 testimonios de violencias y abusos contra menores en las escuelas, seminarios y parroquias católicas entre 1930 y el fin de los 70, mientras que el informe Murphy apuntó a la diócesis de Dublín, entre 1975 y 2004. Frente a las denuncias, la cúpula de la Iglesia Católica, en lugar de intervenir contra los culpables, levantó un muro de silencio.

Mientras tanto, todavía hay polémica en torno del caso del mexicano Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, condenado en 2006 a mantener una vida reservada y quien falleció en 2008. La investigación de más de un año arrojó que tenía múltiples familias y que llegó a abusar hasta sus hijos naturales. Su caso fue resonante porque el prelado era protegido por el papa Juan Pablo II.

El papa Francisco por su parte tuvo que afrontar la grave situación de la Iglesia chilena, donde el caso de Fernando Karadima, sacerdote y abusador serial, fue comparado con un segundo caso Maciel.

Un cuadro exhaustivo de la situación en Alemania lo dio un estudio publicado en septiembre pasado, y encargado por la propia conferencia episcopal del país: 3.677 menores fueron involucrados en casos de abuso de parte de sacerdotes, en un arco temporal de casi 70 años, de 1946 a 2014.

Agencia ANSA, y Ámbito Financiero

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