8 de noviembre 2019 - 00:41

El día que cambió el mundo: la caída del Muro de Berlín

El 9 de noviembre de 1989 se derrumbó la barrera física y política que dividió al mundo en dos. Causas y consecuencias de la reunificación alemana.

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El 9 de noviembre de 1989 cambió el mundo para siempre. La construcción del Muro de Berlín y, especialmente su caída este día, forman parte de los momentos más importantes de la historia del siglo XX. Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos, pero sobre todo dos formas de poder político.

El origen

La Cortina de Hierro designa la separación, primero ideológica y después física, establecida en Europa tras la Segunda Guerra Mundial entre la zona de influencia soviética en el Este, y los países del Oeste. Esta metáfora la popularizó el británico Winston Churchill. "Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente europeo una cortina de hierro", declaró el 5 de marzo de 1946, en un discurso en Estados Unidos.

Su autoría se atribuye al escritor ruso Vasili Rozanov, que la empleó en 1918 a propósito de la revolución bolchevique, en su libro "El apocalipsis de nuestro tiempo": "Con un ruido, un chasquido y un gruñido, una cortina de hierro ha descendido sobre la historia de Rusia". La Cortina de Hierro entre la Europa comunista y el Oeste, concebida por los dirigentes soviéticos para bloquear la ideología occidental, se materializó de forma gradual para frenar la huida de ciudadanos hacia el Oeste.

Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos alemanias.

En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).

El Muro de Berlín

Erigido a partir de 1949 por Hungría, y después por los demás países del bloque comunista, la Cortina de Hierro estaba compuesta de alambradas de púas, zanjas, construcciones de cemento, alarmas eléctricas, instalaciones de disparos automáticos o minas, que se extendían varios miles de kilómetros. En Alemania del Este, los dirigentes comunistas decretaron en 1952 una zona de prohibición de diez metros de ancho a lo largo de la frontera con la República Federal de Alemania (RFA), con vallas de alambres de púas y puestos de vigilancia. Así nació el Muro de Berlín.

Sin embargo, el dispositivo tenía una falla: Berlín quedó dividida en dos partes -una bajo control soviético, la otra occidental- entre las cuales se podía circular sin mayor dificultad. Unos tres millones de personas lograron encontrar refugio en la RFA a través de Berlín Oeste entre 1952 y 1961, huyendo de la República Democrática de Alemania (RDA).

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El régimen alemán del Este obtuvo el acuerdo de Moscú para levantar el muro de Berlín en 1961, presentado como una "muralla antifascista".

La maltrecha economía soviética y la floreciente Berlín occidental hicieron que hasta el año 1961 casi 3 millones de personas dejaran atrás la Alemania Oriental para adentrarse en el capitalismo.

La RDA comenzó a darse cuenta de la pérdida de población que sufría (especialmente de altos perfiles) y, la noche del 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos sólo 12.

A la mañana siguiente, se había colocado una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín. Los medios de transporte se vieron interrumpidos y ninguno podía cruzar de una parte a otra.

Durante los días siguientes, comenzó la construcción de un muro de ladrillo y las personas cuyas casas estaban en la línea de construcción fueron desalojadas.

Con el paso de los años, hubo muchos intentos de escape, algunos con éxito, de forma que el muro fue ampliándose hasta límites insospechados para aumentar su seguridad.

El Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia. En la parte superior colocaron una superficie semiesférica para que nadie pudiera agarrarse a ella.

Acompañando al muro, se creó la llamada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día. Tratar de escapar era similar a jugar a la ruleta rusa con el depósito cargado de balas. Aun así, fueron muchos los que lo intentaron.

En 1975, 43 kilómetros del muro estaban acompañados de las medidas de seguridad de la franja de la muerte, y el resto estaba protegido por vallas.

El muro, bordeado al Este por una tierra de nadie, medía 155 kilómetros (43 km dividían Berlín en dos de norte a sur, y 112 aislaban al enclave de Berlín Oeste del territorio de la RDA). Estaba compuesto esencialmente de hormigón armado y en algunas partes por vallas metálicas. Las estancias en el Oeste de los ciudadanos de Europa del Este estaban autorizadas bajo estrictas condiciones.

La caída del Muro de Berlín.mp4

Los candidatos al exilio corrían todos los riesgos. Entre 600 y 700 personas, según los historiadores, perdieron la vida intentando huir del régimen de Alemania del Este.

Solo el muro de Berlín provocó al menos 136 muertos. Unas 5.000 personas lograron en cambio cruzar, sirviéndose de estratagemas en ocasiones muy imaginativas.

Una familia escapó desde el tejado de un edificio, gracias a una tirolina comunicada con familiares que les esperaban abajo, del otro lado del muro. Otros huyeron a nado a través del Spree, el río que atraviesa Berlín, o por túneles o escondidos en vehículos.

La caída del muro

En mayo de 1989, Hungría decidió abrir su frontera con Austria, lo que significó la primera brecha en la Cortina de Hierro.

El 19 de agosto, más de 600 alemanes del Este, de vacaciones en Hungría, aprovecharon la apertura de un puesto fronterizo con Austria con motivo de un picnic paneuropeo para huir al Oeste, primer éxodo masivo de este tipo desde 1961.

Los regímenes comunistas de Europa del Este comenzaron a caer y la URSS, entonces dirigida por Mijaíl Gorbachov, no intervino. La RDA vivió manifestaciones sin precedentes.

El 9 de noviembre, un alto dirigente de la RDA fue sorprendido cuando se le preguntó por la fecha de entrada en vigor de los nuevos derechos de circulación para los alemanes del Este. "Que yo sepa, inmediatamente", balbuceó ante la prensa.

Su respuesta desencadenó una riada de miles de berlineses del Este hacia los puestos de control, donde los guardias, confundidos, terminaron levantando las barreras.

Durante la noche, los berlineses eufóricos celebraron el acontecimiento encaramados al muro, y después comenzaron a destruirlo con picos. En los dos años siguientes, la URSS se desmoronó.

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