31 de julio 2006 - 00:00

Nuevo film de Woody Allen defrauda a espectadores

Woody Allen y su actual musa, Scarlet Johansson, en«Scoop» («Primicia»), su nuevo film.
Woody Allen y su actual musa, Scarlet Johansson, en «Scoop» («Primicia»), su nuevo film.
Londres (Especial) - Las primeras exhibiciones privadas del nuevo film de Woody Allen, «Scoop» (literalmente: «Primicia»), muestran un panorama de caras largas entre quienes salen de la proyección. El comentario más común era: «si creyeron que Allen volvía a su mejor inspiración con 'Match Point', habrá que esperar su futura película, y olvidar ésta, para ver si es cierto». Opiniones de esta naturaleza empiezan también a aparecer en sitios web especializados en rumores de cine.

En «Scoop», Allen ha elegido el tono de comedia sobrenatural. La historia comienza con el funeral de Joe Strombel (Ian McShane), un experimentado periodista inglés, que después de muerto descubre que el más allá no es otra cosa que un interminable viaje en bote con la Parca y un grupo de pasajeros. En el viaje, se entera de una primicia: Peter Lyman (Hugh Jackman), el sofisticado hijo de un millonario y futuro político, es un asesino.

Strombel logra, por algunos minutos, regresar a la Tierra. Allí se le aparece a Sondra Pransky (Scarlett Johansson), una norteamericana que estudia periodismo en Londres, ávida de encontrar alguna primicia pero incapaz de creer en la aparición de un fantasma (clara alusión del guión a «El fantasma de Canterville», de Oscar Wilde). Sin embargo, luego de la aparición, Sondra recurre a los servicios del mago judío Splendini, llamado en realidad Sid Waterman e interpretado, obviamente, por el mismo Woody Allen. Luego de algunos pases mágicos, Splendini logrará volver a materializar a Strombel, y gracias a él iniciar junto con Sondra una pesquisa policial en la vida del hijo del millonario.

Las apreciaciones previas indican que «Scoop», a diferencia de lo que ocurrió con «Match Point», sólo recibirá críticas positivas de los incondicionales de Allen, es decir, aquellos críticos que llegaron a tratar con indulgencia a películas tan poco logradas como «La vida y nada más», «La mirada de los otros» y «La maldición del escorpión de jade», todas ellas correspondientes a la última etapa de su producción.

Sin embargo, el punto más conflictivo, que le planteará desafíos aun a los más fervorosos allenianos, será la actuación de Johansson, a quien Allen ha dirigido como si se tratara de su joven alter ego femenino (algo que hasta ahora sólo hacía con actores varones, como Kenneth Branagh en «Celebrity» o Will Ferrell en «Melinda y Melinda»). Con todos sus tics, con la neurosis inducida y las réplicas chistosas, será raro ver a la protagonista de «Perdidos en Tokio», nueva musa de Allen, en ese papel. ¿Qué queda entonces para el propio Allen, que aquí ha vuelto a actuar?

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