6 de mayo 2019 - 00:00

Obispos apoyan diálogo que convoca Gobierno

El acuerdo de diez puntos que busca el Gobierno con sectores de la oposición fue considerado positivo por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, quien se refirió a un “diálogo fructífero, lo más amplio posible y con agenda consensuada”.

Ojea destacó las “expectativas positivas” del grupo de 29 obispos que encabeza y que el viernes próximo se reunirá con el papa Francisco como parte de la visita “ad limina” que un primer contingente de prelados argentinos hizo la semana pasada.

“Para dialogar primero hay que escuchar. Es necesario consensuar agendas, cuáles son los puntos, cuáles son los temas, para un diálogo fructífero, participativo y conducente”, sostuvo Ojea, obispo de San Isidro y remarcó se está “frente a un futuro que se presenta con oscuridad y la Iglesia tiene que ser una luz de esperanza y colaborar desde su propio lugar para salir adelante de esta situación difícil del país”.

Auténtico

EL religioso dijo que “para un encuentro auténtico y verdadero hay que saber encontrar consensos, y ahí entramos en el tema del diálogo, de cómo se crece en un verdadero diálogo. Cualquiera que tome el Gobierno, para ser efectivo, va a tener que dialogar con sectores de distinto pensamiento, de distinta historia” y que la Argentina “tiene que salir a partir de un consenso muy grande en cuestiones básicas” .

En otro sentido Ojea subrayó que ese diálogo “debe estar expresado en un lenguaje inteligible para las partes y que no traicione el pensamiento y la veracidad de los que lo emiten”.

Veracidad

“De ahí se parte de una veracidad del diálogo”, agregó el obispo para referirse también a que “la confianza significa no estar atado ni escuchando solamente mi propia voz sino estar abierto a que mi propia voz pueda transformar al interlocutor y que el pensamiento del interlocutor pueda transformarme a mí. En un encuentro nadie queda igual si hay una escucha verdadera. Sin confianza el diálogo es inútil”.

Señaló entonces que “la tercera condición que enumeró Pablo VI, es la sencillez, ser claros y directos, sin segundas intenciones” y que “la cuarta condición es la prudencia, considerar la historia del interlocutor, que no es la mía, y su pensamiento tiene que ver con esa historia”.

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