8 de enero 2020 - 00:00

La Argentina atrapada en la eterna adolescencia

Nuestra historia transcurre con las adolescentes intenciones de ser como algún país del mundo pero sin la más mínima intención de hacer el sacrificio necesario para llegar a serlo. Preferimos seguir en la misma senda, con plazos cada vez más cortos pero viviendo "transitorias sensaciones de bienestar".

Casa de Gobierno.
Casa de Gobierno.
Mariano Fuchila

Soy Ingeniero en Producción Agropecuaria, tengo 44 años y unos cuantos siguiendo muy de cerca la realidad económico-política de nuestro país, por motivos laborales. Cada tanto me toca viajar al exterior, desde el año 98, cuando trabajé largos meses en investigación en nutrición animal en Madison, Wisconsin.

Y lo que se observa en los países que han logrado el bienestar de la clase media, independientemente de la ideología política del gobernante de turno, es la “…COHERENCIA ENTRE LO QUE SE PIENSA, LO QUE SE DICE Y LO QUE SE HACE…”.

La población, en esos países suele apoyar este modo de actuar Aún recuerdo una charla con mi queridos padres, allá por el año 1987, a mis 12 años y adolescencia temprana, cuando estaba por terminar mi escuela primaria y me planteé seriamente y por primera vez: “…¿qué quiero hacer de mi vida cuando termine la siguiente etapa académica que comienza; el secundario?...”. Ellos me dijeron: “…Hacé lo que te haga feliz, ya te darás cuenta de qué es, pero debes saber que el progreso en la vida cuesta sacrificio, si quisieras estudiar una carrera universitaria y ser profesional en un área determinado es probable que llegues más cerca de cumplir con tu progreso personal pero para eso deberás sacrificar tiempo en la universidad.

Serán largos años de estudio, sentado horas y horas, quizás te quedes con ganas de ir a bailar o de salir con tus amigos varios fines de semana, pero será una inversión en tu futuro personal que te hará feliz al cabo de los días…”. En aquel momento sonaba tan obvio como necesario pero cuando llegaron los hechos, 5 años después al inicio de la universidad, más de una vez tuve ganas de dejar todo para salir a disfrutar de más tiempo de ocio y diversión.

Hasta aquí nada especial, nada raro, charlas que posiblemente habrán tenido desde uno y otro lado del mostrador. Pero si levantamos la mirada hacia el pasado de nuestro querido país esta vivencia que les sonará tan obvia a muchos de ustedes no lo es tanto en la querida nación de la que formamos parte.

Muy pero muy frecuentemente aplaudimos palabras y decisiones de nuestros gobernantes, que suenan bien, pero sabemos que son inviables o mentiras implícitas, aunque muy agradables por cierto y de todos modos vamos adelante con nuestro apoyo sobre ellas independientemente de que tengamos claro de que tarde o temprano fracasarán.

Años después nos encontramos riéndonos de nosotros mismos por haber aplaudido determinadas decisiones, sencillamente porque nunca medimos las consecuencias de realizarlas o porque no quisimos aceptar la inviabilidad de las mismas. A ver si recuerdan algún ejemplo de los que siguen? :

1) “…si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla…” palabras de Leopoldo Fortunato Galtieri el 13 de abril de 1982, ante una plaza de mayo repleta que aplaudió a rabiar.

2) “…con la Democracia se come, con la Democracia se educa, con la Democracia se cura…” palabras de Raúl Ricardo Alfonsín el 10 de diciembre de 1983. Hoy muy respetado a la distancia pero denostado en el final de su mandato.

3) “Ley de Convertibilidad”, aprobada el 27 de marzo de 1991 por el Congreso de la Nación durante el mandato de Carlos Menem por iniciativa de su ministro de economía Domingo Cavallo. Estuvo vigente durante 11 años, incluyendo el mandato de Fernando De la Rúa, hasta su derogación en enero de 2002. Fueron años que se disfrutaron viajando al exterior y se aplaudió la decisión de De la Rúa de mantenerla aunque a la distancia se destruye al ministro de economía que la impulsó.

4) “…el Estado Argentino suspenderá el pago de la deuda externa…” palabras del presidente entrante, Adolfo Rodríguez Saa en su discurso en el Congreso de la Nación el 23 de diciembre de 2001. Palabras aplaudidas en su momento por nuestra sociedad.

5) “…el que depositó dólares recibirá dólares…”. Palabras de Eduardo Duhalde en su inicio de mandato el 01 de enero de 2002.

6) “Candidaturas Testimoniales”. En Argentina se utilizó este concepto para referirse a un cierto tipo de candidaturas electorales en las que dirigentes o personalidades de un partido político se ponen a la cabeza de las listas de candidatos, aún sin la intención real de asumir el cargo de resultar electo y en muchos casos sin la posibilidad de hacerlo por tener que asumir a dos cargos a la vez. Casi todos los grandes partidos políticos de nuestro país utilizaron esta herramienta electoral y pocos levantaron la voz al ver su existencia. Mentira Implícita.

7) “Reperfilamiento”. Concepto expresado por el Ministro de Hacienda Hernán Lacunza, en agosto de 2019 para anunciar que no se pagarían en tiempo y forma determinados vencimientos a los acreedores de deuda. Eufemismo “necesario” para no expresar “Deuda Impaga” o “Default”.

8) “Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva” recientemente aprobada por el Congreso de la Nación, la cual en su título lleva implícitas dos irónicos conceptos. La “Solidaridad por Ley”, lo cual de por sí se lee extraño pues la Solidaridad suele ser Voluntaria y es, en este caso, exigida desde las autoridades Nacionales hacia sus compatriotas. Por otro lado “Reactivación Productiva”, que se expresa en el título pero cuesta encontrar en el contenido de la ley. Mentira Implícita.

Aquí tenemos 8 ejemplos de nuestra historia cercana de los últimos 40 años que se ven atravesados por uno u varios conceptos de los que siguen:

1) Decisiones comunicadas por la autoridad de turno y aplaudidas por la sociedad, independientemente de la inviabilidad de la misma en el tiempo.

2) Decisiones envueltas en un eufemismo para morigerar el impacto sobre quien las lee, independientemente de que contenga una mentira implícita.

3) Observadas a la distancia solemos reírnos a pesar de haberlas aplaudido en el momento de ser comunicadas.

Así transcurre nuestra historia, con las adolescentes intenciones de ser como algún país del mundo pero sin la más mínima intención de hacer el sacrificio necesario para llegar a serlo. Preferimos seguir en la misma senda, con plazos cada vez más cortos pero viviendo “transitorias sensaciones de bienestar”.

Esto sucede hoy en día y nuevamente con los “Congelamientos de tarifas”, “Congelamiento de Precios de combustibles” y así seguiremos. Lamentablemente somos una familia que vive con la Tarjeta en descubierto, pero quiere seguir almorzando asado con mollejas y cordero patagónico todos los sábados al mediodía.

Sabiendo que dentro de algún tiempo habrá un problema grave, elegimos taparnos los ojos y esperar que algo cambie. Lamentablemente mientras no maduremos como sociedad y aceptemos que los grandes países del mundo se hicieron aceptando las limitaciones propias y ajenas, y primero haciendo sacrificios pensando en disfrutar mañana, nada cambiará. Lo leo y releo con cierta tristeza pensando en nuestros hijos y nietos.

Ojalá maduremos algún día y podamos decirnos al final del camino lo que mi madre me dijo día que me recibí: “…viste que al final sacrificio encontrarías profunda felicidad?…”.

(*) Ingeniero en Producción Agropecuaria. Consultor y asesor de empresas agropecuarias.

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