Benedicto XVI siguió la misa por televisión y luego recibió el llamado de Francisco
El papa emérito Benedicto XVI siguió por televisión la ceremonia de inicio del pontificado de Francisco, desde la residencia de Castelgandolfo donde vive desde que renunció el pasado 28 de febrero, y más tarde recibió un nuevo llamado del Santo Pontífice
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Al comenzar su homilía, el papa Francisco le dedicó unas palabras a su "venerado" predecesor, al saludarlo por la fiesta de San José que se celebra hoy en la iglesia.
"Estamos cerca de él en la plegaria, llena de afecto y de reconocimiento", dijo el papa sobre Joseph Ratzinger, y remarcó como una "coincidencia muy rica en significado" que hoy "sea el onomástico del venerado predecesor".
El papa emérito -que permanece "oculto al mundo", como el mismo lo definió- reside actualmente en el palacio apostólico de Castelgandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma, desde que dejó de ser papa el pasado 28 de febrero.
En tanto, Francisco telefoneó luego a Ratzinger para felicitarle en su onomástica y para manifestarle "una vez más" su gratitud y la de la Iglesia por su servicio, informó el Vaticano.
"Hoy, poco después de las cinco de la tarde local, el papa Francisco llamó por teléfono al papa emérito Benedicto XVI para felicitarle calurosamente en la festividad de san José y manifestarle una vez más su gratitud y la de la Iglesia por su servicio. El coloquio fue largo y cordial", precisó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
El papa emérito Benedicto XVI, agregó Lombardi, siguió estos días con "intensa participación los eventos y en particular la celebración de esta mañana (la misa de inicio de pontificado) y expresó a su sucesor su cercanía a través de las plegarias".
Francisco visitará y almorzará el próximo sábado, 23 de marzo, con Benedicto XVI en la residencia apostólica de Castel Gandolfo, a donde se trasladará en helicóptero.
Siendo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio había calificado la renuncia de Benedicto XVI como un gesto "revolucionario" y ya en el Vaticano, frente a los cardenales, había dicho que su dimisón fue un "gesto de coraje y humildad".
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