26 de febrero 2019 - 00:01

Para Llach, la economía global por ahora no tiene malas noticias para la Argentina

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IAE Business School

Existe consenso entre los economistas en cuanto a que el sector externo jugará un rol clave en la evolución inmediata de la economía argentina. Tras el endeudamiento (acelerado) en moneda dura de los últimos años, el país aumentó su vulnerabilidad externa. Y este fenómeno se ve acentuado en un año en el que habrá elecciones generales y que, por lo tanto, tendrá más compradores argentinos de dólares que lo habitual (por motivos precautorios). Así, no son pocos los que creen que la suerte del plan de estabilización en marcha depende de manera central del comportamiento de los mercados internacionales. En este contexto, el economista Juan José Llach considera que si bien el mundo enfrenta desafíos, los riesgos son “por ahora manejables”.

“No son pocos, y algunos notables, los economistas que el año pasado pronosticaron, para 2019, una recesión en EEUU con impactos globales… nunca vimos tal cosa, y seguimos sin verla”, sostiene Llach en un trabajo elaborado para el IAE Business School.

En cambio, sí considera “bastante probable” una desaceleración del crecimiento global. Al respecto, la última estimación del Fondo Monetario Internacional hizo un leve recorte de 0,2%, pero igual se espera una expansión de 3,5% para el año en curso y de 3,6% para 2020 (apenas por debajo de 2017 y 2018, cuando se registraron tasas de 3,8 y 3,7%, respectivamente).

Se atribuye la mejora de las expectativas a dos factores relevantes. El primero fue el –previsible- cambio de orientación de la Reserva Federal (Fed) en enero cuando señaló que no se apurará a subir las tasas de interés. El segundo fueron “las crecientes señales de un acuerdo comercial China-EEUU, aunque todavía está lejos un acuerdo más sólido”.

Llach advierte que si la inflación en los EEUU se acelera y la Fed vuelve a su política vigente hasta diciembre aumentando las tasas o si China y los EEUU no llegan a un acuerdo sólido “los mercados reaccionarán negativamente”.

Pero “mientras tanto, el festejo continúa... esto ha beneficiado a los mercados de los emergentes”. En este marco es que Llach cree que “hay todavía un margen importante de baja del riesgo país (EMBI) y de suba de los activos de los países emergentes, incluyendo a la Argentina”.

Llach considera que es fundamental que se mantenga baja la inflación en la economía estadounidense aunque el índice “tiene más chances de subir que de bajar”. Por eso, concluye, que “una desaceleración suave en ese país, como se empieza a insinuar en algunos indicadores, sería lo mejor que puede pasarle a la economía global y a los países emergentes. Tal es el escenario que consideramos más probable, algo no tan malo para la Argentina en un año electoral”.

Atraso del dólar

Por su parte el economista Eduardo Fracchia en el mismo informe analiza el panorama local y en este sentido rescata la paz financiera y cambiaria que se observa desde septiembre de 2018 y anticipa que las Reservas Internacionales”, seguirán aumentando de modo tenue a lo largo de 2019 con un dólar todavía retrasado en la percepción general”.

En otro orden afirma que la política cambiaria debería alentar una mayor depreciación del peso es que a su juicio “el nivel de dólar de equilibrio, que no es trivial determinar, está en torno a 45 pesos”.

De acuerdo al análisis que efectúa cuando “se ordene y normalice la economía y se llegue a un estado más confiable con retorno de capitales, mayor inversión extranjera directa, el tipo de cambio real podría ser inferior por el ingreso de dólares”.

El economista también alerta respecto a los efectos de “las políticas monetaria y fiscal que seguirán siendo contractivas en el marco de un nivel de desempleo que puede crecer en 2019”. Esto redundará en una destrucción de puestos en el sector de no transables, en tanto que la evolución del empleo formal e informal en la industria colaboran este año en la dirección de destrucción neta de empleo. “Se estima una caída significativa de puestos de trabajo en los últimos 12 meses”, afirma Fracchia.

Finalmente considera que la caída de la recaudación hará difícil la meta déficit primario cero pero cree que “el esfuerzo fiscal será avalado de todos modos por el FMI”.

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