21 de agosto 2019 - 00:01

Pese a la crisis, el teatro ya piensa en Mar del Plata

Esta semana se firmaron dos contratos para la temporada veraniega, sumándose a varios estrenos y reposiciones confirmadas. En vacaciones de invierno el público cayó el 13% respecto del año pasado.

DESNUDOS. La comedia de Doris Dörrie, producida por Javier Faroni, debutará en el teatro Neptuno a fin de año. 
DESNUDOS. La comedia de Doris Dörrie, producida por Javier Faroni, debutará en el teatro Neptuno a fin de año. 

“La actividad teatral vuelve a apostar, después veremos si somos punto o banca”, dijo Carlos Rottemberg ayer a este diario, en referencia a las varias firmas recientes de contratos para la temporada teatral de verano, en un contexto de transición e incertidumbre política y económica.

Rottemberg cerró acuerdo con Mauricio Dayub para llevar su obra, “El equilibrista” (furor de esta temporada en Buenos Aires con entradas agotadas) al complejo de teatros Bristol-Lido-Neptuno y confirmó al comediante Roberto Moldavksy para que presente su espectáculo en el teatro Mar del Plata, producido además por Gustavo Yankelevich. Ya está confirmada la comedia producida por Carlos Faroni, “Desunidos”, de Doris Dörrie, con Luciano Castro, Gonzalo Heredia y sus respectivas mujeres Sabrina Rojas y Brenda Gandini; Luciano Cáceres y Mercedes Scápola, que tendrá funciones en el teatro Neptuno.

Rottemberg trazó una analogía entre las elecciones y el teatro: “El teatro es una boca de urna adelantada de la clase media. Los datos indican una merma de 29 % de público general en relación al año pasado y en vacaciones de invierno se vendió 13% menos que en 2018. Si bien hay más gente queriendo ir a hacer temporada a Mar del Plata y pienso en un verano que ojalá esté por arriba de los anteriores, hoy no me animo a firmar nada. Lo que tenemos son datos que hace años vienen en baja. Por ahora la curva es negativa, apuesto a un cambio en el ánimo social en torno a los nuevos vientos”, expresó el teatrista en clara alusión al resultado electoral de las elecciones PASO.

Mauricio Dayub estrenó en enero de este año “El equilibrista”, de su autoría y la dirección de César Brie. Celebrará asimismo 20 años del estreno de “El amateur” y 10 años de “Toc Toc”. Dueño de del teatro Chacarerean, que cumple 16 años, Dayub explicó a este diario: “Una de las maneras de soportar la crisis fue alcanzar el mismo nivel de espectadores, ocupando los días que el teatro estaba cerrado, como los lunes y martes. Además, multiplicamos las funciones de viernes y sábados, días en que la gente sale más. Llegamos a tener tres espectáculos por día en nuestra sala. Es cierto que mucha programación complica porque no tenemos donde guardar escenografía, es más fácil hacer lo mismo de miércoles a domingos, pero de esta manera nos damos el lujo de ofrecer entre 12 a 14 espectáculos”.

En cuanto al contexto para proyectar a futuro expresó: “Ni siquiera en semanas movidas como estas nos detenemos. Es admirable cómo los responsables del teatro programan Mar del Plata, aún estando seguros de que habrá que invertir sin saber qué pasará. Antes se podía palpitar cada temporada, después se contaban los autos que llegaban por la Ruta 2 y se hacía un cálculo estimativo. Hoy, la única manera de saber algo concreto es en la boletería”.

Lejos de años anteriores en que los empresarios lamentaban teatros vacíos en Mar del Plata, a Rottemberg le quedan sólo dos salas para completar la programación de verano, en tanto Lino Patalano confirmó en sus teatros en espectáculos con Antonio Gasalla y Fátima Florez. Gasalla, cuya última obra en la ciudad fue “Más respeto que soy tu madre” en la temporada 2011/12, llegará con su nuevo espectáculo, aún sin nombre, al Teatro Radio City. En tanto Florez hará “Fátima mágica” en el Roxy.

Carmen Barbieri y Santiago Bal encabezarán una nueva revista, dirigidos por su hijo Federico, en el Teatro Atlas, mientras que en la sala de arriba -Teatro América- Federico Bal protagonizará una comedia, ambas producidas por Guillermo Marín.

Dayub concluyó: “Así como la clase baja no deja de jugar al fútbol, la clase media no deja de ir al teatro. La crisis nos golpeó pero no dejamos de hacer teatro, aunque sean menos espectadores. El teatro es un deseo que no limitamos, aún frente a la crisis seguimos insistiendo en hacer lo que nos gusta. Los espectadores buscan alternativas a su bolsillo y la heterogeneidad es enorme. El público se las va arreglando para cumplir ese deseo de sentarse en la platea a esperar que se apague luz para divertirse, pasar un buen momento o, en el mejor de los casos, para hacer volar el corazón”.

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