5 de octubre 2001 - 00:00

¿Atentado o error fatal?: 78 muertos por caída de un avión

Un avión comercial ruso posiblemente con 78 personas a bordo, entre ellas 51 israelíes, explotó ayer en pleno vuelo y se precipitó al Mar Negro. Volaba de Tel Aviv, en Israel, a una ciudad siberiana. Las autoridades rusas e israelíes no descartaban un atentado terrorista. Funcionarios estadounidenses habían señalado que un misil disparado por las fuerzas armadas ucranianas podría haberlo derribado por error. Esa versión fue desmentida oficialmente en Ucrania. Se avanzaba aceleradamente con las investigaciones anoche por la virtual vinculación con un nuevo ataque del terrorismo.

Primer Ministro israelí Ariel Sharon//Familiares de las víctimas al recibir la noticia
Primer Ministro israelí Ariel Sharon//Familiares de las víctimas al recibir la noticia
Moscú (Reuters, AFP, ANSA, EFE) - Un avión comercial ruso que transportaba 78 personas y había despegado de Israel en un vuelo a Siberia estalló ayer sobre el Mar Negro, en un hecho que dejó una serie de dudas y sospechas que hicieron conjeturar que se podría tratar de un atentato terrorista o de o un fatal error en un ejercicio militar ucraniano. Sin embargo, el presidente de Ucrania, Leonid Kutchma, descartó la posibilidad de que el avión haya sido derribado por un misil de su país.

La explosión, que generó una nube de noticias contradictorias, permanecía al cierre de esta edición envuelta en el misterio, apesar de las declaraciones de Kutchma quien aseguró que «ni la dirección de los disparos, ni su distancia coinciden con el lugar donde estalló el avión».

Es que una de las primeras hipótesis que se barajaron era la de que un misil tierra-aire ucraniano erró el blanco durante un ejercicio en Crimea, a 320 kilómetros de la zona de la catástrofe. La posibilidad, dada a conocer por fuentes norteamericanas, que luego consideraron que era «demasiado pronto» para sacar conclusiones, fue poco después desmentida en Kiev. «Todos los misiles disparados hoy durante nuestras maniobras dieron en los blancos preestablecidos y su alcance no superaba los 30 o 35 kilómetros, razón por la que no podía alcanzar el avión ruso», declaró el portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, Igor Khaliavinski.
 
Inmediatamente informado, el presidente ruso,
Vladimir Putin, convocó a una reunión con responsables de seguridad del país.

Putin -quien se encontraba reunido en Moscú con los ministros de Justicia del Consejo de Europa, comprometidos en hallar una estrategia común contra la amenaza integrista islámica-se mostró prudente, pero dijo que la pista del acto terrorista, considerada inicialmente la más plausible por el ministro de Transportes de Israel, «no puede excluirse».

Poco después del incidente, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se refirió al siniestro, al que calificó de «difícil tragedia» para Israel y Rusia, pero luego instó a Estados Unidos y a Occidente a no buscar el apoyo de los árabes para la lucha contra el terrorismo internacional a costa de Israel.

«No traten de apaciguar a los árabes a costa nuestra», dijo Sharon en una conferencia de prensa. «Insto a las democracias occidentales y especialmente al líder del mundo libre, Estados Unidos, a no repetir el terrible error de 1938, cuando las demo-cracias progresistas de Europa optaron por sacrificar Checoslovaquia (ante los nazis) por una solución temporal y conveniente», dijo Sharon. «Israel no será otra Checoslovaquia; Israel combatirá el terrorismo», agregó.

Horas después del incidente, Putin y Sharon acordaron que el Mossad y la KGB trabajarán codo a codo para dar a conocer la verdadera causa del misterioso siniestro.

El aparato, que había decolado del aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, llevaba a bordo 51 ciudadanos israelíes, todos ellos pertenecientes a la comunidad judía de origen ruso, 15 rusos y 12 miembros de la tripulación. Al entrar en contacto con la torre de control de Rostov, sobre el río Don, a las 13.30 de Moscú, el comandante no señaló ningún inconveniente. Luego, 14 minutos más tarde, el avión imprevistamente desapareció de las pantallas de radar. Fue entonces que el piloto de un Antonov-24 armenio que viajaba a poca distancia, describió en directo por radio la tragedia. Según dijo, una primera explosión destrozó el Tupolev y una segunda lo desintegró mientras caía al mar.

Si bien los restos más grandes del avión se hundieron a 200 metros de profundidad, a última hora, los equipos de rescate encontraron la cabina del aparato, indicó la jefatura marítima de Novorossiisk, Rusia. El hallazgo de la cabina y su examen podrían aportar alguna luz sobre las causas de la catástrofe.

La zona está siendo peinada por navíos de guerra rusos, que hasta el momento rechazaron el apoyo de barcos de Ucrania.

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