Los malabares de Massa

Sergio Massa
Sergio Massa

Pero toda la semana fue más o menos igual: con cortes, movilizaciones y bloqueos, lo que incluyó la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que tuvo como epicentro una protesta en el Congreso y con todo el Centro de la ciudad colapsado. Sin mucha creatividad en las consignas (ni en las formas), hubo sin embargo, algún dato distinto en ciertas reparticiones públicas, y fue que ese día solo estaban obligados a trabajar los que se autoperciben “hombres”… “Un gran aporte al desconcierto general”, ironizó un estable de la Cámara alta. De todos modos, prácticamente todos estos temas esta vez estuvieron relegados a un segundo, o tercer orden, ya que la política local ocupó todo el interés, desde el renovado culebrón del PRO, hasta la intriga creciente sobre el rol que finalmente jugará la vicepresidente Cristina Fernández, que nadie cree que finalmente cumpla con su amenaza de “no ocupar ningún cargo (electivo)” para los próximos comicios.

En el medio apareció la renegociación de la deuda (en pesos) del ministro Sergio Massa, otro artilugio con el que gana algo más de tiempo, y que permitirá el canje de deuda en pesos para postergar vencimientos por unos $9 billones hasta 2024 y 2025. Además del hecho de que ahora los pagos caen en la próxima administración, varias voces consideraron que “tal vez, no había otra opción para poder seguir adelante, pero no fue demasiado prolija”, dijo un destacado representante del sector financiero que, sin embargo, objetó algunos beneficios “excesivos” para los bancos. “Fueron muy generosos (con ellos)”, dijo el hombre, mientras que un economista habituado a este tipo de negociaciones, consideró que “El Put debía estar condicionado. Así es una barbaridad. Y las provincias también tendrían que haber comprado. Están con muchas tenencias”, sostuvo, mientras la asociación de bancos (Adeba) contestaba con un “prolijo” comunicado, y antes de que el tema quedara opacado por la amenaza a la familia política del futbolista Lionel Messi, en Rosario, que desembocó hasta en una fuerte discusión entre el presidente Alberto Fernández, y su ministro de Seguridad, Aníbal (a quien varios legisladores ya le pidieron que renuncie), por la tardía movilización de fuerzas de seguridad nacionales hacia Rosario, un tema más que urticante para varios funcionarios del Gobierno. Tanto así, que hasta la propia Abuela de Plaza de Mayo, Estela de Carloto, que primero hizo declaraciones a favor de la decisión de reforzar las fuerzas de control con efectivos nacionales, rápidamente tuvo que salir a desdecirse (y por la misma radio).

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