Como D'Elía, Kirchner habló de un complot
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El martes estuvo en el Chaco, el miércoles en el Mercado Central con Guillermo Moreno y ayer, con Antonio Caló en la UOM. La última fue la mansalva más áspera: no sólo habló de un golpe contra su mujer, sino que repitió, más firme, la presión sobre los diputados K.
El tono, cada día más imperativo, reflejó el endurecimiento de la postura del ex presidente y la necesidad, además, de evitar fugas en el bloque oficial para avanzar en la ratificación de las retenciones móviles fijadas el 10 de marzo pasado.
«Yo no aprieto a los diputados, sólo les recuerdo a quién tenemos que responder» apretó Kirchner. «Nosotros fuimos (a elecciones) en la lista del justicialismo, por eso tenemos que defender a los trabajadores y al pueblo argentino», redobló la presión.
«A los que votamos para que nos representen, que no tengan solamente la foto de Perón y Eva Perón. Les pedimos que representen al pueblo», reclamó el ex presidente. Ese fraserío cayó como nepal en el Congreso, particularmente entre los legisladores oficialistas.
Sabedor del peso de sus palabras, Kirchner usó la tarima de la UOM para insistir con esa línea más intimante que intimista: «A los que fueron elegidos por nuestro partido, tienen que ser firmes con los poderosos y abiertos con los débiles, y no al revés».
Y, en ese marco, llamó a no tener «miedo», «ni a las presiones ni a lo que dicen los medios» de comunicación.
«Hay que defender los principios pase lo que pase o cueste lo que cueste», insistió el patagónico. A su lado, aplaudían Caló, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y dos intendentes de ADN metalúrgico: Hugo Curto de Tres de Febrero y Francisco «Barba» Gutiérrez de Quilmes.
Desde los gremios, como de otros sectores del PJ, había surgido el malestar más expreso contra la imputación que días atrás Luis D'Elía le hizo a Eduardo Duhalde como supuesto promotor de una conspiración contra el gobierno. Atento a los pedidos, Kirchner refutó a D'Elía.
Pero ayer revisó sus dichos. Y se puso en sintonía con lo que había denunciado el jefe piquetero quien, como ya contó este diario, había tenido vía libre de la Casa Rosada para lanzar su perdigonada sobre Duhalde aunque no en lo referido a convocar a «armarse».
Sobre ese punto, Kirchner no hizo referencia. Pero, nunca se sabe: queda, por delante, mucho acto para Kirchner.
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