12 de septiembre 2019 - 19:00

Barniz piquetero ganó agenda pública-política

La pésima estrategia para enfrentar los reclamos de emergencia alimentaria se consagró esta tarde en Diputados. Senado quiere sancionar rápido y desactivar la discusión. Los ya megamillonarios fondos otorgados continuarán en subida y atragantarán a la próxima gestión.

La votación contó con 222 votos afirmativos, cero negativos y una abstención.
La votación contó con 222 votos afirmativos, cero negativos y una abstención.

La aprobación de la emergencia alimentaria hasta fines de 2022 en Diputados regaló hoy un duro panorama: oficialismo y gran parte de la oposición fueron vencidos, una vez más, por piqueteros disfrazados de “movimientos sociales”, y perdieron la agenda pública-política de los últimos siete días. Ahora, el Senado sancionará rápido la ley el miércoles próximo -sesión especial convocada para las 14- para desactivar este tema lo más rápido posible y retomar, además de la campaña electoral, una realidad compleja.

En el medio queda un potencial festín de fondos a cargo de un Estado fofo y atragantado en lo fiscal que no sólo compromete a la actual gestión, sino que se convertirá en un dolor de cabeza para quien gane las elecciones presidenciales. Pero además pincela, debajo de la alfombra, una nueva interna para el corto plazo entre piqueteros-movimientos sociales-izquierda versus el denominado “centro”.

A partir de allí aparecen los interrogantes sobre este último término, donde se encuentran -con claridad- al actual oficialismo -con sus particularidades- y donde también buscan ubicarse -de manera aparente y curiosa- algunos gobernadores, intendentes, dirigentes, legisladores y sindicalistas del ahora denominado “peronismo centrista”, que apoya a Alberto Fernández.

Sin embargo, el problema que tiene Fernández es que fue “ubicado” en la fórmula por Cristina de Kirchner, su candidata a vice e imán principal de los votos ahora “peronistas”. Hacia ella también responden la militancia más virulenta, ubicada en varias filas de La Cámpora, y muchos de los piqueteros que apoyaron en las últimas elecciones a la fórmula del Frente de Todos. Las gestiones 2007-2015 marcan un posicionamiento más bien alejado del "centro", en casi todo sentido. De allí las pocas ganas de la actual senadora de evitar cualquier debate más que algún monólogo en el recinto o actos para presentar su libro, "Sinceramente".

Los más “moderados” -si se puede utilizar ese término- del Frente para la Victoria en Diputados deslizaron incomodidad hoy en el recinto para hacer malabares y no “lesionar” los sentimientos de ningún grupo o facción que apoya a la expresidente. En el Senado, legisladores peronistas hierven por la nula estrategia política llevada a cabo sobre emergencia alimentaria y buscan reunirse en los próximos días con Alberto Fernández. También temen que lo votado en las últimas horas deje discrecionalidad para aumentar planes y no para direccionar dinero en alimentación.

Para el Gobierno, además de no sostener la postura inicial de negociar “bajo extorsión”, le queda para su libro de gestión una nueva medida no querida y que vota en el Congreso junto con la emergencia social que negoció en 2016 la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, con el piquetero papal Juan Grabois, que significó un giro de $30.000 millones en tres años.

La puja por los fondos se inicia en plena campaña electoral y sin siquiera saber al vencedor real de la trifulca presidencial, más allá del apabullante triunfo del ticket kirchnerista en las PASO del 11 de agosto pasado. El problema que hay en la actualidad es que los caramelos y los chupetines se acaban, y quien gestione el país durante el próximo mandato deberá surfear en aguas torrentosas. Es decir, un capítulo más en la Argentina.

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