Ex rey y oposición afgana formarán un nuevo gobierno
Mientras arrecian las versiones de golpe de Estado en Afganistán y los talibanes comienzan a dar claros indicios de debilitamiento, la oposición armada al régimen y el ex rey del país acordaron ayer en Roma la formación de un gobierno provisional. Estados Unidos tuvo un rol clave en las negociaciones, que revelan la decisión occidental de derribar al régimen que protege al saudita Osama bin Laden. Mientras, aumenta la presión internacional contra las redes financieras del terrorismo: Gran Bretaña bloqueó cuentas por 88 millones de dólares y EE.UU., por 6 millones.
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En el caso de que la «Loya Jirga» no se pueda celebrar, dada las dificultades que planeta la actual coyuntura, se concede al Consejo la autoridad de proceder directamente a la elección de los máximos órganos dirigentes del país.
El acuerdo, al que no es ajeno los EE.UU. tras la intervención en las conversaciones de una delegación del Congreso encabezada por el republicano Curt Weldon, lo firmaron Yosnou Kanuni, ex consejero del asesinado comandante Ahmed Massud, en representación de la Alianza del Norte, y el rey Mohammed Zahir Shah, derrocado hace 28 años y residente desde entonces en Roma.
Kanuni afirmó en conferencia de prensa que el pacto representa «un nuevo punto de partida y el inicio de una nueva era para Afganistán». El representante de la Alianza del Norte especificó que el Consejo Supremo estará abierto a todas las tribus afganas, «incluidos los talibanes que, en un futuro indeterminado, quieran formar parte de él».
• Rechazo
Tras subrayar que el órgano de unidad nacional creado ayer será la única institución legítima para adoptar decisiones sobre los asuntos más relevantes, Kanuni insistió en rechazar cualquier ataque indiscriminado contra Afganistán e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que se respete la integridad territorial del país.
Paralelamente, se anticipó ayer en Londres, que el primer ministro británico Tony Blair dirá hoy en un discurso que la esperada acción militar en Afganistán no sólo tendrá como objetivos a los terroristas de Bin Laden sino también a las tropas talibanes. Esto refuerza la percepción de que Occidente apuesta a la caída del régimen.
La Alianza del Norte valora positivamente el papel del rey afgano en el exilio, de 86 años, cuya figura ha ido cobrando relevancia en las últimas semanas para configurar una alternativa el régimen ultraortodoxo que gobierna en Afganistán y que da cobijo al terrorista confeso Osama bin Laden. El monarca, perteneciente a la tribu pashtun al igual que los talibanes, se ha mostrado desde el primer momento dispuesto a encabezar un movimiento que desembocará en la formación de un gobierno provisional de transición, tal y como se ha acordado ahora con los representantes de la Alianza del Norte.
Mientras, los Estados Unidos ya ha puesto en marcha operaciones encubiertas dirigidas a terminar con el régimen talibán, que fueron anunciadas ayer por el diario «The New York Times». La campaña, según el rotativo, consiste no sólo en ayudar a la Alianza del Norte, que controla una franja de Afganistán cerca de Tayikistán, «sino también de alentar la resistencia a los talibanes entre los grupos tribales pashtunes del sur». Para ello, Washington prestará a estos grupos, además de respaldo político, inyecciones de fondos para que compren armas, recluten soldados e incluso «recompensen» a los desertores del régimen talibán.
Este apoyo podría ayudar a la Alianza del Norte a vencer la fuerte resistencia con la que se topó ayer en su avance contra las posiciones de los talibanes.
Combatientes de la milicia fundamentalista reconquistaron ayer el estratégico distrito de Qadis, en la provincia occidental de Badghis, durante una ofensiva contra las tropas de la oposición que se prolongó durante tres horas.
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