Gobernadores PJ debutan el 17 ante Kirchner
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En rigor, por esos días, recién se empezará a acomodar el ring del PJ que mostrará 16 gobernadores peronistas, término genérico que abarca al misionero Carlos Rovira -que peleó por fuera del partido-y a Alberto Rodríguez Saá, que con su hermano reniegan del justicialismo oficial.
•Análisis
Son, justamente esos dos casos, temas de análisis:
. En Misiones, el peronismo oficial lo controla Ramón Puerta mientras Rovira, transversal, sembró de enojos a sus pares del PJ. Por eso, se duda que sea siquiera invitado al mitin de la semana próxima. Pesa, de hecho, un pedido de suspensión del PJ sobre el gobernador. Ese es, justamente, uno de los motivos centrales de la amnistía que en su momento negociaron Kirchner y Duhalde.
. Con los jefes de San Luis, «los Rodríguez Saá» -Alberto, gobernador; Adolfo, diputado nacional recién asumido-, pasa algo parecido. Tras renegar en todos los idiomas contra el Presidente y su antecesor bonaerense, los sanluiseños amenazan con conformar un bloque propio en el Congreso y mantenerse al margen del PJ formal. Por eso mismo, todavía no está claro cómo encarará la CAP el «Expediente Saá».
La liga de gobernadores hará su presentación en sociedad pocos días después de la asunción de varios nuevos miembros. Jorge Busti (Entre Ríos), Mario Das Neves (Chubut), José Luis Gioja (San Juan) y Carlos Verna (La Pampa), entre otros, se sentarán a la mesa horas después de jurar.
Con esas incorporaciones y la salida de un puñado de referentes de peso -sobre todo el santafesino Carlos Reutemann, a quien reemplaza el kirchnerista Jorge Obeid; y el pampeano Rubén Marín-, la mesa de caciques del PJ provincial ingresará en un lento y doloroso proceso de reacomodamiento.
Por caso, más allá de las promesas públicas, hay que esperar cómo evolucionará el trato entre algunos gobernadores y Kirchner y, en paralelo, rastrear los devaneos del vínculo impredecible que en Buenos Aires tejen y destejen Felipe Solá y Duhalde.
Tuvo gestos el Presidente con Verna y Marín: luego de alimentar a Néstor Ahuad como postulante lateral al PJ, este fin de semana paseó por La Pampa. Pero una foto y un acto parecen fundamentos demasiado poco sólidos para garantizar una paz política duradera.
Menos cuando de boca del Presidente caen ciertas frases. «No importa que no seamos amigos, lo que importa es el peronismo», dijo Kirchner mirando a Marín, durante el acto que presumía coronaba su reconciliación. No le agradó al pampeano tanta sinceridad patagónica.
También hacia el salteño Juan Carlos Romero, Kirchner envió señales de convivencia. Media allí Fellner, que comparte territorio con Romero y, a pesar de los recelos históricos, tuvo gestos de buena vecindad con el salteño.
Un anexo requiere Buenos Aires. Duhalde fue el gestor de la CAP -es a quien llama Fellner antes de cada decisión-, pero a Solá, como gobernador, corresponde el sillón como delegado formal. En medio de los toreos entre ambos bonaerenses, no se sabe quién llevará la voz oficial de la provincia.
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