Las teorías envenenadas

Varios miembros de la izquierda local, algún nacionalista estilo «Chávez» y otros que ponen su mejor rostro de «violados en reiteradas ocasiones» si aparecen cerca de los Estados Unidos, desde hace 48 horas han empezado a plantear como queja o advertencia la segura voracidad norteamericana para apropiarse de tierras en Afganistán, pródigas y millonarias presuntamente en gas y petróleo.

Por lo tanto, según esta versión ideologizada de los «gauchistas» criollos, cualquier tipo de operación militar, ocupación o represalia sobre los terroristas de Bin Laden obedece estrictamente a la tradicional avidez económica de EE.UU. más que a un deseo por contener a los terroristas y neutralizar atentados futuros. Incluso, si se los deja hablar, es probable que, de acuerdo con su propia lógica, estimen que la CIA o cualquier otro organismo planificó los ataques a las Torres Gemelas para luego justificar un asalto sobre Afganistán. Cuando uno escribe esta tontería mayúscula, se escandaliza hasta por su propia inocencia de divulgarla; pero lo cierto es que hace 48 horas, en tres programas distintos de la TV argentina, algunos comunicadores han lanzado este disparate. No sólo hay que cuidarse de las bombas biológicas o nucleares, sino también de la palabra envenenada.