Londres (enviado especial) -Lula Da Silva se negó ayer aquí a responder a las críticas sobre su relación con el gobierno de los Estados Unidos que se le atribuyen a su colega Néstor Kirchner. «No me constan esas críticas, por eso no le contesto», le dijo el presidente de Brasil a este enviado especial cuando le pidió un comentario sobre la frase de Kirchner recogida por este diario y confirmado por «O Globo» y la agencia «AFP»: «Lula es más papista que el Papa», con referencia a las concesiones que cree hizo el brasileño en su primera visita a la Casa Blanca hace dos semanas. Lula dialogó brevemente con este enviado especial al salir del nuevo pabellón de la Serpentine Gallery, en los jardines de Kensington, que fue su primera actividad luego de llegar anoche a esta capital para participar de la cumbre de la llamada tercera vía.
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Esa negativa a reconocer la veracidad de las críticas, que han sido confirmadas a este diario antes del viaje de Kirchner a Londres, prepara el clima para otra confrontación por lo menos en el nivel de las palabras. Anoche, Lula se vio ya con Kirchner en la cumbre de jefes de Estado que tiene lugar en Surrey, pero hasta que se fueron a dormir no pudieron tener un encuentro a solas y sin testigos.
El acto en Kensington Gardens consistió en una visita del Presidente al extravagante pabellón que diseñó el célebre arquitecto Oscar Niemeyer (el urbanista que creó la ciudad de Brasilia) en los jardines de Kensington junto al viejo edificio de la Serpentine. Rodeado de adherentes que residen en esta ciudad que le cantaron el «Olé, olé, olá, Lula, Lula», el presidente se negó a responder en el único contacto con la prensa que ha tenido aquí a las críticas que trascendieron de Kirchner a las manifestaciones de Lula sobre la conveniencia de adelantar un acuerdo comercial entre la región y los Estados Unidos y a la propuesta de aumentar el compromiso de superávit de 3,75 a 4,25% del PBI.
Ese compromiso, dice Kirchner, le pone un piso regional a la negociación de un acuerdo con los organismos internacionales de finanzas. Esta disidencia ya motivó que Kirchner eludiera hasta esta tarde los contactos con Lula -debieron participar en la noche del sábado de una cena ofrecida a jefes de Estado totalmente informal en el Dorchester Hotel en la cual participó también Bill Clinton-. Ninguno de los dos asistió a ese encuentro.
También provocó la negativa de Brasil a que los presidentes de los tres países de la región (Lula, Kirchner, Ricardo Lagos) aparezcan hoy juntos en una conferencia de prensa en la cual seguramente habrá preguntas sobre este tema. Hasta ahora, esa negativa no avanzó hasta la suspensión, pero la rueda de prensa en el Pennyhill Park Hotel de Surrey aún no ha sido confirmada.
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