En el periplo norteamericano de Cristina Kirchner, la esposa del Presidente dedicó una audiencia para homenajear a otra mujer que, al parecer, es uno de sus paradigmas: Patricia Derian. Por supuesto, la admiración pasa por la cuestión de los derechos humanos y por el rol que esta mujer, en los tiempos del Proceso Militar, tuvo en la Argentina planteando interrogantes sobre desaparecidos y torturas. Comprensible actitud de una militante de este rubro aunque, en verdad, la Kirchner debió haber entregado otra placa al segundo de la Derian en ese momento, el ahora embajador retirado Terence Todman.
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Constituye un olvido lamentable porque Todman fue un fogonero de esa presencia en la Argentina y, además, luego encabezó la representación diplomática de su país en tiempos de Carlos Menem. El otro olvido, casi una parcialidad, es el reconocimiento no realizado de la Kirchner a figuras del peronismo como Deolindo Bittel, Miguel Unamuno y Carlos Corach, autores de los primeros documentos públicos sobre secuestros y desaparecidos en la Argentina, sobre los cuales se ampararon la Derian y Todman, con la diferencia de que unos tenían cobertura internacional, pasaban unos pocos días en el país, mientras los otros se quedaron viviendo bajo la tutela castrense. Informate más
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