8 de abril 2020 - 14:52

Luana Volnovich sobre sobreprecios en alcohol en gel: "Es una mentira absoluta"

En el marco de la expansión de la pandemia a nivel local, la funcionaria detalló las medidas que se llevan adelante en su cartera para contener a los adultos mayores. Además, opinó sobre las filas de jubilados en los bancos y descartó sobreprecios en la compra de alcohol en gel.

La titular del PAMI, Luana Volnovich.

La titular del PAMI, Luana Volnovich.

Imagen: Prensa PAMI

Los afiliados a PAMI constituyen uno de los grupos de riesgo más grandes de cara al avance del coronavirus Covid-19 en nuestro país, y por ello, las tareas destinadas a evitar el contagio (mientras se debe seguir atendiendo a este sector de la población en otras áreas), fueron reforzadas. En este marco, la titular del organismo, Luana Volnovich, dialogó con Ámbito para detallar qué se está haciendo para cuidar a los adultos mayores y evitar que salgan de sus casas.

"El sistema de salud está desguazado", consideró, debido a que "hace años se viene desfinanciando". "PAMI hoy no tendría la capacidad de financiar lo que estamos haciendo, pero lo podemos hacer porque hubo una decisión política", explicó a este medio.

Además, Volnovich brindó su opinión sobre las escenas que se vieron el viernes pasado en los bancos, donde jubilados y beneficiarios de asignaciones sociales se aglutinaron rompiendo el aislamiento social. La funcionaria desmintió sobreprecios en la compra de alcohol en gel y se mostró a favor de una coordinación entre el sistema de salud público y el privado para enfrentar a la pandemia.

Periodista: Los afiliados de PAMI constituyen uno de los grupos de riesgo más grandes de cara al avance de coronavirus, ¿qué medidas se están tomando?

Luana Volnovich: Estamos llevando adelante muchas medidas desde el punto de los protocolos médicos y de la gestión. Somos una obra social que trata todas las afecciones de los jubilados, que están en este momento encerrados en aislamiento pero a quienes le siguen pasando cosas, teniendo otros problemas, tienen que comprar sus medicamentos, etcétera. Así que, para empezar, tuvimos que hacer un trabajo fuerte para que los trámites los puedan hacer desde su casa, basados en la digitalización e informatización. Logramos que el 75% de los trámites presenciales se puedan hacer por teléfono o internet. Esto lo complementamos con un sistema de voluntariados, que ya tiene 10 mil inscriptos, y se trata de gente joven que tiene tiempo y sabe usar una computadora, entonces le pedimos que llamen a los jubilados, para preguntarles si necesitan algún trámite, por ejemplo.

P.: Sobre la digitalización de trámites, ¿cómo hicieron para superar la barrera que supone en la mayoría de los casos?

L. V.: Para ello lo hicimos en conjunto con el voluntariado, porque si primero informatizo todo y luego espero que la gente se adapte, es probable que no funcione, porque los adultos mayores son los más resistentes al uso de la tecnología. Entonces hicimos la instrumentación y la campaña de voluntariado, para activar la red alrededor del jubilado. En este marco firmamos un convenio con el sindicato SUTERH (de porteros y trabajadores de edificios), para que en los casos de adultos mayores que están solos podamos intervenir como PAMI en conjunto con los encargados de edificio. También logramos adelantar este año la campaña de vacunas, que lanzamos en simultáneo con la Ciudad de Buenos Aires y con la Provincia de Buenos Aires, para que la gente tenga más lugares en donde vacunarse. Si bien PAMI tiene más de seis mil farmacias habilitadas en todo el país, cada municipio tiene su calendario propio, y la idea es que se acerquen a donde les queda más cerca ya sea la farmacia de PAMI o la escuela donde la Ciudad está vacunando. Que todos coordinemos el calendario nos hace más posible el tema de evitar que se alejen de sus casas.

P.: ¿Es muy pronto para hacer un balance de la receta digital?

L. V.: No, la verdad es que es un éxito. Antes nuestros afiliados tenían que sacar turno con el médico y después ir a buscar la receta. Eran dos viajes. Nosotros en pocas semanas pudimos implementar la receta digital, que va directamente a la farmacia. Es decir que el afiliado, o un familiar o vecino puede ir con el carnet y DNI a la farmacia y obtener los medicamentos, que además son gratis, porque nosotros unos días antes de empezar la cuarentena anunciamos el programa de medicamentos esenciales gratuitos.

P.: ¿Preocupa la capacidad de los hospitales de PAMI, en el marco de la pandemia?

L. V.: El sistema de salud está desguazado, hace varios años que se viene desfinanciando. En el caso de PAMI hubo dos hospitales que habían sido empezados en 2005, en 2015 uno estaba terminado y al otro le faltaba una obra para terminar, y pese a eso ambos estaban cerrados. Esa es una imagen gráfica de lo que fueron estos últimos años. Sí, el sistema de salud enfrenta con mucho déficit una pandemia, ahora bien, me parece que el Presidente comandando la estrategia fue claro. Nos ayudó dándonos recursos para comprar los insumos y abrir los hospitales que hagan falta. PAMI hoy no tendría la capacidad de financiar lo que estamos haciendo, pero lo podemos hacer porque hubo una decisión política. Ahora bien, tenemos poco tiempo, por eso las medidas de restricción nos dan tiempo para ir aumento la capacidad. Nosotros suponemos que, al final de nuestras obras que terminarían en un mes más o menos, podríamos aportar al sistema unas 120 camas de internación, con respiradores. Las medidas fueron adecuadas porque nos permiten achatar la curva y que el sistema de salud tenga tiempo.

P.: ¿Cuál es su postura sobre declarar “de interés público” al sistema de salud privado?

L. V.: Se habla mucho del tema “comprar” barbijos, camas, respiradores. Pero lo cierto es que, cuando contás con recursos escasos para enfrentar la pandemia, como ocurre en Argentina, su optimización es clave, y para ello necesitás una coordinación efectiva y eficaz. Por ejemplo, si tengo pocas ambulancias, sería ilógico que un paciente de PAMI esté doce horas deambulando buscando una cama libre. Sería mucho más lógico si todos coordináramos en un punto común y alguien dijera “acá hay una cama libre” sin importar de quién sea, porque esa ambulancia llegaría más rápido, el paciente se atendería más rápido y a su vez la ambulancia podría ir antes a buscar a otro paciente. Creo que cuando el barco se está hundiendo, por citar una metáfora de una situación de crisis, siempre tiene que haber un comandante, en ese sentido, la estrategia de tener un grado de coordinación entre lo público y lo privado me parece fundamental. Ahora cómo se va a implementar eso, si va a ser a través de un decreto o con colaboración del sistema privado, bueno, no lo sé. Me parece que si hay una colaboración genuina y se pone a disposición del sistema de salud no hay problema, el problema es cuando hay especulaciones y eso no sucede.

P.: ¿Hubo sobreprecios en la compra de alcohol en gel en PAMI?

L. V.: Creo que algún malintencionado intentó comparar dos cosas que no se comparan para decir que había sobreprecios, lo cual es una barbaridad y una mentira absoluta. Se comparó el alcohol en gel que utilizamos en nuestras casas y que PAMI también compra, con unos cartuchos específicos que se usan para reponer unos dispenser que hay en el hospital Milstein en los quirófanos y consultorios, y que fueron comprados por la gestión de Mauricio Macri. Esos dispenser no se pueden rellenar con cualquier alcohol en gel, tienen un aplicador distinto que te obligan a comprar ese repuesto. De todas maneras son carísimos, y mucho más que hace un año, como también lo es el alcohol en gel común, los barbijos y todo lo que compramos. Porque por más que haya licitaciones nos pasa que, o no se presentan los oferentes, porque nos dejan las licitaciones desiertas ya que no les conviene venderle a PAMI porque pueden vender más caro en otro lado, o porque directamente se presenta uno y sabés que es más caro que el año pasado, pero no podés dejar el quirófano sin alcohol.

P.: ¿Qué le generaron las imágenes de las filas en los bancos que se vieron el viernes pasado?

L. V.: Me parece que es un error en la lectura del comportamiento de los adultos mayores. Cuando uno piensa políticas para adultos mayores, una parte fundamental es entender algunos hábitos y algunas prácticas que ellos tienen. Yo puedo tener tarjeta de débito, pero si no la uso puede tener que ver con que muchas veces el temor o la angustia que te genera acceder a la tecnología es mucho más grande que otros temores. Entonces tiene que ver con entender a la población de adultos mayores al momento de comunicar, de explicar las cosas. Cuando vos le pifiás en eso, se ven esas imágenes, que es pensar que la gente se va a informatizar, que va a usar el pin, etcétera, y eso no sucede. Fue un error, que afortunadamente al día siguiente se pudo acomodar. Tiene que servir para que no vuelva a pasar.

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