28 de octubre 2019 - 00:00

Alberto Fernández, el presidente electo que logró unir al peronismo

Asumirá el 10 de diciembre y enfrentará el desafío de gobernar un país con crisis de reservas en el BCRA, inflación y deuda récord con el FMI.

Nuevo gobierno. Axel Kicillof fue el primer orador luego del triunfo ayer en el búnker del Frente de Todos en Chacarita. Luego, Cristina le cedió la palabra a Alberto, quien confirmó que hoy se reunirá con Macri.
Nuevo gobierno. Axel Kicillof fue el primer orador luego del triunfo ayer en el búnker del Frente de Todos en Chacarita. Luego, Cristina le cedió la palabra a Alberto, quien confirmó que hoy se reunirá con Macri.
Foto: Mariano Fuchila.

Con un aluvión de votos en la provincia de Buenos Aires, Alberto Fernández se convirtió en el nuevo presidente electo. El candidato del Frente de Todos obtuvo el 47% de los sufragios y, pese a haber recortado la ventaja que le había sacado a Mauricio Macri en la primaria del 11 de agosto, le alcanzó para ganar en primera vuelta. El peronismo regresará al poder con un escenario desolador en términos económicos y sociales: inflación interanual por encima del 55%, la pobreza en 35,4%, nueva corrida cambiaria y drenaje de reservas del Banco Central en medio de un endeudamiento récord y “reperfilamiento” de pago de obligaciones.

Triunfo

Todos los actores políticos contribuyeron al triunfo de Fernández en primera vuelta. Incluso Macri. Cristina de Kirchner diseñó el nuevo genoma de poder con Alberto como vértice de la unidad del peronismo y logró trasladar sus votos. El candidato presidencial articuló con gobernadores e intendentes de la provincia de Buenos Aires, se apoyó en el Grupo Callao que impulsó la campaña legislativa de Florencio Randazzo en 2007, logró el respaldo y un principio de reunificación de la CGT además de sumar a Sergio Massa, clave para el triunfo en la provincia de Buenos Aires.

Alberto rompió así el techo electoral del kirchnerismo y potenció al Frente Renovador como socio bonaerense para ganar sin balotaje. Deberá ahora construir su propio equilibrio de poder para pacificar a las distintas tribus del peronismo detrás de su liderazgo. La conformación del gabinete será la primera señal. El mismo fenómeno enfrentará Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires con Massa como un actor determinante para unificar al peronismo y recuperar el poder.

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La gestión de Cambiemos en materia económica y social hizo el resto. Macri empezó a perder la elección 2019 con el triunfo de 2017 sobre Cristina de Kirchner en la provincia de Buenos Aires. “¿Vieron que le ganamos a Cristina con Esteban Bullrich? En 2019 con Mauricio y María Eugenia en la boleta arrasamos”, aullaban los funcionarios del macrismo después de la legislativa del 2017. Víctimas del espejismo del PJ dividido entre Randazzo y la expresidenta, en la Casa Rosada confundieron ese oasis de medio término electoral con la victoria cultural sobre el peronismo. El paso en falso del intento de reforma previsional maridó con la suba de la inflación y la caída del empleo de la mano del regreso al hiperendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional y la corrida cambiaria que se terminó retroalimentando con la suba de precios. Macri y Marcos Peña no sólo negaron el escenario de crisis social, sino también el resultado de la PASO del 11 de agosto. “La elección aún no sucedió”, repetía el presidente saliente en redes sociales asesorado por su jefe de Gabinete.

Macri logró revertir el resultado de la PASO en Santa Fe, Entre Ríos, San Luis y Mendoza, donde había perdido en las primarias pero ayer salió triunfante en esas provincias. En Córdoba, principal plaza electoral del antikirchnerismo, el Presidente saliente estiró la diferencia a su favor pero no le alcanzó para compensar la paliza que el peronsimo le propinó a Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires.

Alberto F. deberá ahora ponerle fecha al viaje a Washington para renegociar los plazos del pago de deuda con el FMI y definir si impulsará un mayor ajuste fiscal para cumplir con los compromisos o abrirá una ventana a la quita de deuda a los tenedores privados de títulos soberanos. Ayer el nuevo presidente electo consagró su legitimidad en las urnas y asumirá legalmente el 10 de diciembre.

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