25 de julio 2002 - 00:00

Romero se puso en carrera como presidenciable del PJ

El gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, lanzó ayer formalmente en la Capital Federal la lucha por la candidatura presidencial del Partido Justicialista, con miras a las elecciones generales del 30 de marzo próximo. El mandatario salteño se sumó así a una disputa en la que ya están en carrera Carlos Menem (1989-1999), Adolfo Rodríguez Saá, Raúl Puerta, José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner.

«Soy un buen administrador y estoy capacitado porque comprendo la crisis. Estoy identificado con las reformas que hay que implementar y estoy convencido de que puedo llevarlas a cabo», afirmó el mandatario en una conferencia de prensa realizada en los salones del hotel Emperador, en el barrio porteño de Retiro.

Flanqueado por su esposa, el senador nacional Marcelo López Arias y el diputado Juan Manuel Urtubey, Romero esbozó los principales ejes de su plan de gobierno y rechazó cualquier posibilidad de convertirse en el candidato a vicepresidente de una fórmula del PJ encabezada por Carlos Menem.

«Estoy concentrado y dedicado a exponer mis ideas. No está en mi análisis ni en mis cálculos» la posibilidad de un acuerdo con el menemismo, expresó el gobernador y agregó que es « prematuro e inconveniente» discutir en este momento eventuales pactos entre dirigentes. Con lo cual también dejó abierta la posibilidad de que en el futuro pueda conversarse.

En esa línea, también indicó que «no es momento» de presentar fórmulas o posibles futuros ministros y sostuvo que quien conduzca el área económica en los próximos tiempos « no podrá ser una vedette del sistema» en obvia alusión a Domingo Cavallo. «Tenemos que trabajar en equipo», subrayó.

«Tengo experiencia en gestión empresarial, legislativa y de gobierno en mi provincia» dijo. Como precandidato se desmarcó del pensamiento de Menem al rechazar de plano la posibilidad de avanzar sobre la dolarización de la economía. Expresó su oposición a los sistemas de dolarización o convertibilidad, al considerar que son « técnicas coyunturales» que se deben definir en el momento, pero «no planes económicos». « No voy a ser partidario de anclajes forzosos, sino de políticas serias que impidan la incertidumbre cambiaria», propuso y evaluó que esas medidas deben instrumentarse juntamente con un programa de « disciplina en el gasto» por parte del Estado.

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