Asumió ayer el nuevo procurador de la Ciudad de Buenos Aires, Agustín Zbar, en un acto que sirvió de reflejo de cómo Jorge Telerman arma su coalición para las elecciones 2007. El abogado de la Capital Federal, Zbar, es radical, y allí estuvieron invitados de la UCR por distintos motivos. No es el único de ese complicado partido al que suma el jefe de Gobierno, en el armado que cree lo llevará a su reelección.
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Estaba también, en primera fila, el ministro de Hacienda, Guillermo Nielsen, a quien se relaciona con Jesús Rodríguez, tanto como a su jefe de Gabinete, Claudio Sánchez. Debutó, a la vez, la diputada Silvana Giúdice, quien ayer fue formalmente designada titular del programa Puertas al Bicentenario, que conducía Juan Pablo Schiavi hasta que Telerman lo nombró ministro de Obras Públicas.
Giúdice integra el bloque radical en la Cámara de Diputados, que la semana pasada le otorgó una licencia hasta marzo próximo para que pueda ocupar el cargo. Se la identifica como una de las radicales ibarristas en su momento. Fue funcionaria del gobierno de Aníbal Ibarra, donde estuvo a cargo de la polémica Secretaría de Control Comunal, que terminó disolviendo la unidad de inspectores a la que el ex jefe porteño consideró «un focazo de corrupción». Ese fue uno de los argumentos para su destitución, más tarde, en la cual la propia Giúdice habría tenido un protagónico. Es que recuerdan que en las mañanas de enero de 2005, tras la tragedia de Cromañón, cuando Ibarra iba a ser indagado por la Legislatura, la nueva funcionaria de Telerman se reunía con dos de los más efervescentes detractores del destituido mandatario, Ariel Schifrin y Milcíades Peña, en la tradicional «Clásica y Moderna». Schifrin y Peña eran legisladores porteños en ese momento. Peña se habría encontrado al menos tres veces con Giúdice para que le aportara datos contra funcionarios de Ibarra que habían sido sus subordinados mientras ocupó el cargo de secretaria, hasta 2003, cuando asumió como diputada. Con esa información, Peña (hoy adherente a una fuerza política que pilotea el kirchnerista Helio Rebot) habría nutrido su discurso de aquel 29 de enero, cuando comenzó el final de Ibarra.
Pero, por cierto, en el radicalismoconsideran a Giúdice «una libre pensadora», casi lo mismo que a Zbar y a Nielsen (más bien, a este ministro lo consideran por su perfil técnico más que por su participación política). Con esa definición, los radicales quieren reflejar que esos tres funcionarios de Telerman no tienen anclaje en ninguna de las grandes tribus del radicalismo porteño, o al menos no tienen lugares destacados en la estructura partidaria. Pero no son los únicos. El campamento de los radicales T (por Telerman) ya tuvo manifestaciones públicas, como ocurrió en el restorán Lalin, días atrás, donde se reunieron dirigentes para expresar esa posición, tras la convocatoria del subsecretario de Legal y Técnica de Telerman.
Suplencia
Zbar, quien fue legislador porteño hasta 2000 y también luego funcionario de Ibarra en Justicia, recientemente se había desempeñado como asesor en la presidencia del bloque UCR en la Cámara de Diputados, donde completó el mandato de Nilda Garré, cuando ésta asumió como embajadora en Venezuela, antes de ser ministra de Defensa. Esa suplencia le llegaba de la vieja lista de la extinta Alianza.
En rigor, Zbar se desempeña en la Procuración porteña desde hace dos meses, como adjunto, ya que su designación debió contar con la realización de una audiencia pública y el acuerdo de la Legislatura porteña.
Ayer, Zbar prometió fortalecer «el programa de acceso a la Justicia llegando a todos lo barrios, para que no haya ningún vecino que no pueda acceder a los tribunales por miedo, por falta de recursos o por desconocimiento».
Telerman halagó su condiciones técnicas y humanas, y confió: «Ahora no soy el único judío en el gabinete». En la ceremonia, además, estuvieron, entre otros, el ex intendente Facundo Suárez Lastra, el constitucionalista Daniel Sabsay y algunos legisladores de la Ciudad como los kirchneristas Alberto Pérez, Juan Manuel Olmos e Ivanna Centanaro y también Jorge Enríquez (Unidad Republicana) y los ministros del gabinete porteño.
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