5 de octubre 2001 - 00:00

Teme la Alianza quedar aislada en el conurbano

Teme la Alianza quedar aislada en el conurbano
Buenos Aires - La Alianza bonaerense tiene en octubre un desafío extra: impedir que los siete intendentes que tiene en el Gran Buenos Aires queden aislados.

Aunque no arriesga a sus intendentes, la elección fijará el reparto de los concejales. Con un resultado adverso, los gobiernos de la Alianza quedarían cercados por legislativos locales opositores.

La mejor proyección aliancista dice que retendrán el control total en seis de los siete municipios que hoy controlan. La más pesimista sostiene que sólo seguirán manejando dos comunas.

La clave de esa mutación es que se renovarán los concejos deliberantes que asumieron en 1997, cuando Graciela Fernández Meijide derrotó a Hilda Chiche Duhalde.

Por entonces, la recién engendrada Alianza apabulló con votos al PJ en casi todos los distritos; incluso, en Lomas de Zamora, territorio de Eduardo Duhalde.

Ahora el escenario cambió. En 18 de los 34 distritos del Gran Buenos Aires -incluye el Gran La Plata-, la coalición se partió y aparecieron nuevos clanes: el ARI y el Polo Social.

Eso, según los testeos de los comandos de campaña, tendrá un efecto lineal:
el peronismo perderá votos, pero será beneficiado por la diversificación del voto.

A la hora del reparto, el PJ terminará con mayoría en la buena parte de los concejos deliberantes. Hoy por hoy tiene intendentes en 24 municipios, la Alianza en siete, Patti en uno y hay dos vecinalistas.

Comparando los pronósticos del PJ, la Alianza, el Polo Social, el ARI y el PAUFE de Patti, puede diseñarse el siguiente ring:

Hay seis municipios que ni figuran en los sueños de Duhalde. Por un lado, San Isidro y Vicente López, gobernados por los radicales
Gustavo Posse y Enrique García, que reafirmarán su apoyo a la Alianza. Por el otro, Escobar, en manos de Luis Patti, y Pilar, controlado por el neoperonista Sergio Bivort -ganó con el PUB pero se mudó al PJ-, pero reino electoral de Patti. Allí es triunfo anunciado para el ex policía. Los caciques vecinalistas de Tigre, Ricardo Ubieto, y de Esteban Echeverría, Alberto Groppi -que apoya a Duhalde para senador-también le alambraron la entrada al PJ.

Hay cinco municipios en disputa: San Martín, Morón, Quilmes, Avellaneda y Lomas de Zamora, mandados por jefes aliancistas.
La coalición anota victorias «seguras» en Morón, Avellaneda y Quilmes y «muy difícil» en Lomas. De todos modos, aun triunfando, difícilmente puedan repetir la elección del '97, por lo que perderán bancas en el Legislativo municipal. El PJ, confiado, dice que se impone en los cinco territorios.

Un capítulo aparte merece San Martín, donde reina
Ricardo Ivoskus (UCR). Allí hay coalición, pero el peronismo se partió en tres: el oficial, los disidentes Luis Barrionuevo y Graciela Camaño con Gestión Vecinal -va por afuera, luego de perder en la interna-y el ex intendente Antonio Libonatti compite con Unión por Barrios, otra mezcla de listas peronistas. Esa división favorece a los aliancistas.

En los 23 municipios restantes, el peronismo espera festejar. Puede haber un tropiezo en Florencio Varela, donde
Julio Pereyra no consigue estabilizarse y el PJ está partido. En otros lados, por ejemplo en La Plata, de Julio Alak, y en Tres de Febrero, de Hugo Curto, el PJ volverá a tener mayoría en concejos deliberantes que hoy controla la Alianza o están empatados.

En esto, será clave la incidencia de fuerzas laterales como el ARI y el Polo Social en ese capítulo. Como
el voto no peronista se repartirá entre la Alianza, el ARI y el Polo -y en UCR y Frepaso, donde van divididos-, el PJ recuperará concejalías. El Polo sueña con sorprender en Quilmes, pero aun allí, tierra de Luis Farinello, admite que será difícil ganar. El ARI, en tanto, aspira a entrar segundo en los municipios bonaerenses pegados a Capital Federal, donde el efecto Carrió, dicen, es más contagioso.

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