29 de enero 2014 - 00:07

Por devaluación, Brasil teme déficit con la Argentina

• Antes esperaba superávit un 34% menor (de u$s 2.000 M)

Antes de que el Banco Central decidiera convalidar la fuerte depreciación del peso llevando el tipo de cambio a $ 8 por dólar, en Brasil ya proyectaban un escenario de crecimiento cero para Argentina en 2014. Lo cual implicaría un impacto negativo sobre el comercio bilateral y por ende una reducción del superávit brasileño.

Ahora el nuevo escenario macro argentino que delinean los analistas brasileños contempla una alta probabilidad de recesión que se traduciría en una caída del PBI en torno del 3%. Creen que el Gobierno de Cristina Kirchner asumirá una suba aún mayor de las tasas de interés para acompañar la depreciación cambiaria y así ajustar la tasa de inflación. Un clásico ajuste de mercado, de modo de alcanzar una devaluación del tipo de cambio real significativa.

Para Brasil esto no es inocuo, más allá de las peripecias que viven ahora los mercados emergentes. la Argentina es el tercer principal mercado para sus exportaciones (8% del total) después de China y EE.UU. y el mayor destino de las exportaciones industriales. La depreciación del peso tenderá a impactar sobre la divisa brasileña (el real) y en otros indicadores financieros (seguros contra default CDS, las tasas largas). Tanto la devaluación del peso y el menor nivel de actividad criollo tendrán un efecto negativo sobre las ventas externas al mercado argentino. Claro que reconocen que, al margen de lo que acontece en la Argentina, hay una serie de señales de debilidad en la economía brasileña como el aumento del déficit de cuenta corriente, el bajo crecimiento, la mayor inflación y una política fiscal expansiva que elevan las chances de contagio. De tal modo que también se intensificará la depreciación del real.

Según un cálculo de los economistas del banco Itaú, por cada 10% de caída en las exportaciones al mercado argentino, el crecimiento del PBI brasileño puede reducirse en 0,2 punto porcentual este año (dándose el principal efecto sobre la industria). La crisis argentina le pega así a la economía brasileña tanto por el lado de la oferta (un real más débil) como por el lado de la demanda (menores exportaciones). Si bien los brasileños esperaban una caída del superávit comercial con la Argentina desde los u$s 3.000 millones de 2013 a u$s 2.000 millones este año; con la devaluación acelerada del peso anticipan que el escenario empeorará. Contemplan que en el caso de que se registrara un déficit de u$s 1.000 millones con la Argentina este año, el superávit total de Brasil caería desde los u$s 7.000 millones para u$s 4.000 millones.

El único aliciente que ven, con cierta resignación, es que al existir una sustitución entre los controles de importaciones y la valorización artificial del peso, con la convergencia entre el dólar oficial y el "blue", los controles sobre las importaciones (sobre todo de bienes intermedios) pueden dejar de ser necesarios y eso podría suavizar el impacto de la devaluación.

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