22 de agosto 2019 - 17:13

¿Por qué Trump quiere comprar Groenlandia?

El presidente estadounidense adujo un interés inmobiliario pero detrás se esconden importantes recursos petroleros y la intención de dominar un territorio estratégico cercano al Ártico.  

Groenlandia esconde bajo el hielo importantes reservas petroleras. 
Groenlandia esconde bajo el hielo importantes reservas petroleras. 
Agencia Noticias Argentinas

El presidente estadounidense, Donald Trump, esbozó su interés por la compra de Groenlandia, afirmando que la operación sería un "gran negocio inmobiliario". Pero detrás de esa idea hay mucho más y no es nueva.

Groenlandia, que con cierta autonomía depende de Dinamarca, es uno de los territorios menos poblados del mundo, con solo 57.000 habitantes en sus 2.166 millones de kilómetros cuadrados. La corona danesa le aporta el 60% de su presupuesto y controla su política exterior y de defensa.

No es la primera vez que EEUU manifiesta su deseo de adquirir esta gran isla ubicada en la zona nororiental de América del Norte. En 1946, el presidente Harry Truman ofreció a Dinamarca u$s100 millones en oro por Groenlandia -tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, situada entre EEUU y la URSS, el territorio se convirtió en un punto clave para evitar un hipotético ataque soviético-. Los daneses rechazaron la oferta.

En tanto, en la década de 1960, durante la presidencia de Andrew Johnson, un informe del Departamento de Estado definía el territorio como estratégico por su ubicación y su abundancia de recursos.

El cambio climático y el deshielo que se está produciendo en la región están dejando expuestos bajo el hielo los recursos naturales del suelo, hasta el momento no explotados. Tanto es así, que el paso junio, las autoridades groenlandesas presentaron su plan para convertirse en una nación petrolera.

Además, EEUU posee en Groenlandia una importante base militar aérea en Thule, a menos de 1.600 kilómetros del Polo Norte, en la costa noroeste de la isla, construida en 1951. Uno de los objetivos de Trump es reforzar su presencia en el Ártico para así poder contrarrestar la creciente presencia rusa en la zona, tanto militar como civil.

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