19 de julio 2002 - 00:00

Brasil: Candidatos no quieren acuerdo previo con FMI

El gobierno brasileño intentó hoy, sin éxito, alcanzar un acuerdo de transición con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los candidatos presidenciales para las elecciones de octubre, que garantice por seis meses las actuales metas económicas y calme así la inquietud de inversores y operadores de mercado.

El deseo del gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso, dijeron hoy fuentes de la presidencia, es que el acuerdo se firme en septiembre y tenga una duración de seis meses, para garantizar los primeros meses del futuro gobierno.

El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inacio "Lula" Da Silva, rechazó de inmediato la propuesta al afirmar que "no tiene sentido que firme nada y mucho menos que converse con el FMI antes de ser electo".

"Después de que me elijan y asuma, ahí converso sobre todo", dijo Lula. Y subrayó que "hasta la medianoche del 31 de diciembre el presidente es Fernando Henrique Cardoso", durante una visita a la planta de Volkswagen de San Bernardo Do Campo, en las afueras de San Pablo.

El acuerdo que pretende el gobierno fue concebido como una forma de asegurar el mantenimiento por un cierto período de las actuales reglas económicas, ante el desempeño flojo del candidato oficialista en las encuestas, José Serra, el favorito del establishment por ser garante de la continuidad del actual modelo.

Además de Lula, también se pronunció en contra Ciro Gomes, del Frente Popular Socialista y segundo en las encuestas.

"Hasta ahora no hay nada formal sobre un acuerdo de transición. Estoy dispuesto a colaborar pero no a apoyar un acuerdo que proyecta para el futuro políticas económicas con las cuales no concuerdo", dijo Gomes.

El cuarto favorito, el ex gobernador de Rio de Janeiro Antonhy Garotinho, del Partido Socialista Brasileño, aceptaría un acuerdo "solo después" de ser elegido, pero aclaró que "un pacto como este podría ser un certificado de defunción del país".

El gobierno pretende firmar con los candidatos presidenciales una Carta de Intención que garantice el mantenimiento de las metas de inflación y de superávit primario acordadas ya con el FMI.

El gobierno de Cardoso fijó la meta de inflación para 2003 en 4 por ciento, con un margen hacia arriba o hacia abajo de 2,5 por ciento, y un superávit primario equivalente a 3,75 por ciento del producto interno bruto (PIB).

El monto del respaldo del FMI para enfrentar las turbulencias atribuidas al proceso electoral -ante la posibilidad de un triunfo de la oposición- será puesto en discusión entre las autoridades económicas y los candidatos.

Según analistas, el gobierno estudia dos posibilidades: renovar el actual acuerdo con el FMI, que vence en diciembre y del que sólo le restan retirar poco menos de 1.000 millones de dólares, o negociar con el Fondo una reducción del piso de reservas líquidas, hoy fijado en 15.000 millones de dólares.

Otra posibilidad es la emisión de bonos de Brasil en el exterior. Según analistas de mercado, durante su visita de la semana pasada a Nueva York, el presidente del Banco Central, Arminio Fraga, ya sondeó a varios bancos comerciales norteamericanos sobre esta alternativa.

Esta captación de fondos, recordaron hoy analistas, debería ser de hasta 10.000 millones de dólares, el valor máximo permitido por el Congreso brasileño para una emisión de bonos, y está pensada para reforzar las reservas de divisas.

Analistas de mercado estiman que si el Banco Central mantiene el actual nivel de intervención en el mercado de cambios vende por lo menos 50 millones de dólares por día- cerrará el año con reservas líquidas disponibles de 2.000 millones, un nivel considerado peligroso.

El FMI parece dispuesto a aceptar el acuerdo. El jueves, la número dos del organismo, Anne Krueger, confirmó que la semana próxima visitará Brasil, aunque redujo las expectativas de su viaje: "va a un seminario que ya estaba acordado hace meses", dijo el vocero del Fondo, Thomas Dawson.

Sin embargo, analistas locales estiman que la visita de Krueger debe ser interpretada como una señal de que el FMI está dispuesto a prestarle más dinero a Brasil si el gobierno tiene problemas para enfrentar la deuda durante las elecciones.

"El Banco Central precisa tener un mayor arsenal para el momento en que el mercado considere inevitable una victoria de la oposición, sea de Luiz Inacio Lula da Silva o de Ciro Gomes", dijo el analista Marcelo Mesquita, del banco suizo UBC Warburg.

Fraga comenzó esta semana una ronda de negociaciones con los responsables económicos de los principales candidatos, que parecen haber recibido bien que el gobierno "abra el juego" para discutir la forma de enfrentar la crisis.

"Si el gobierno tiene dificultades para administrar la crisis, está bien que convoque a la oposición", dijo Lula, que envió a la reunión con Fraga al principal economista de su Partido de los Trabajadores (PT), el diputado Aloizio Mercadante.

Días atrás, Lula afirmó que no descarta pedir dinero al FMI en caso de ganar las elecciones, aunque precisó que no aceptará "sugerencias" del organismo. Hoy advirtió que "cada vez más, Brasil tiene que recurrir al FMI para pagarle al FMI".

Dejá tu comentario