17 de abril 2004 - 00:00

Buenos Aires y Neuquén rechazaron propuesta de coparticipación

Aseguran que es "más de lo mismo" y que "no satisface" las necesidades de ambos distritos. El gobernador neuquino, Jorge Sobisch, pidió al Gobierno que no negocie en forma individual.

Jorge Sobisch
Jorge Sobisch
Los gobiernos de las provincias de Buenos Aires y Neuquén rechazaron ayer la propuesta de coparticipación federal elaborada por el Ejecutivo nacional por considerar que es "más de lo mismo" y que "no satisface" las necesidades de ambos distritos.

El ministro de Economía bonaerense, Gerardo Otero, sostuvo que la propuesta oficial "congela el presupuesto de la provincia" y "los salarios docentes y estatales".

Para el funcionario, esto revela que "Buenos Aires está siendo perjudicada en la ley de coparticipación".

"La propuesta centraliza recursos y consolida una participación del Gobierno nacional que es la máxima de la historia. Por eso aspiramos a una ley de coparticipación que contemple indicadores objetivos racionales", enfatizó.

En tanto, el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, dijo que la iniciativa oficial es "más de lo mismo", aunque dejó la puerta abierta para continuar la discusión.

En Buenos Aires, Sobisch se reunió en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, a quien también le reclamó la cancelación de una deuda por 90 millones de pesos de la Nación con esa provincia.

"Le manifestamos que no estamos de acuerdo con el Fondo de Equidad Social porque es más de lo mismo. No sirve al desarrollo general de las provincias", afirmó el gobernador.

No obstante, aclaró que esa postura "no significa que vamos a cerrar las puertas" al diálogo con la Nación que, dijo, continuará en manos de su ministro de Economía, Claudio Silvestrini, y del vicejefe de Gabinete nacional, Juan Carlos Pezoa.

"No va a ser fácil convencernos, menos cuando la propuesta es que (la distribución) la maneje la Nación con un grupo de gobernadores", sentenció.

Y agregó: "En estos términos, como está planteada hoy la coparticipación, no firmo".

Para Sobisch, la distribución de los recursos coparticipables debe ser "equitativa" y congruente con el saneamiento de las administraciones provinciales, a fin de no cargar sobre las espaldas de quienes tienen equilibradas sus cuentas las crisis del resto.

"Que no haya privilegios para nadie", resumió el mandatario, quien precisó que a pesar de que Neuquén recibe gran cantidad de pobladores de otras provincias en crisis, atraviesa un período de crecimiento en materia económica.

Sobisch recordó que durante las negociaciones de 1997 las provincias manejaban 57 por ciento de la coparticipación y el resto la Nación, mientras que ahora el Gobierno maneja 60 por ciento contra 40 de las provincias.

"¿Por qué no hacemos una distribución de forma armónica?", se preguntó Sobisch, y afirmó que el Fondo de Equidad Social "es un invento que termina enredando la coparticipación".

El neuquino juzgó como "un error" que no se reúnan todos los gobernadores en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI) para "adoptar una actitud común a tono con un país federal".

Consideró que el modo en que se llevan a cabo las negociaciones es netamente "unitario" y constituye un debate más "político partidario" que de política federal.

Esto es porque "por un lado", dijo, se reúne la UCR, por otro el PJ, los gobernadores restantes "por otro lado" por lo que "obviamente" se está ante una discusión "de política partidaria".

Sobisch le entregó a Fernández un documento en el que explicita las disidencias con el proyecto oficial de coparticipación que exige el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que tiene fecha tope de aprobación parlamentaria nacional el próximo 31 de mayo y legislativa provincial, el 31 de agosto.

La táctica del Gobierno está centrada en el "diálogo individual" con cada uno de los mandatarios para alcanzar un acuerdo para alumbrar la ley pendiente desde 1996.

La demora del acuerdo con las provincias preocupa al Gobierno, ya que la normativa es una de las cláusulas exigidas con fechas escalonadas y precisas en el acuerdo de septiembre último con el FMI.

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