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Desde hoy, $ 10 mil al quiosco que venda alcohol
Esos bares, si bien como tales contaban con permiso para vender bebidas alcohólicas, ya no lo pueden hacer al haberse modificado el Código de Habilitaciones, que es en realidad, donde queda asentada la restricción para el expendio de las bebidas alcohólicas.
En ese sentido, la modificación a la ley de habilitaciones se explayó en la definición de quioscos y dio una para los maxiquioscos que no la tenían, fundamentalmente, se les da permiso para la venta de golosinas envasadas y se expresa la prohibición de vender bebidas de cualquier graduación alcohólica.
Los operativos de control contarán, por ahora, con unos 100 inspectores, entre una unidad especial y otros de salubridad e higiene, ya que el gobierno porteño pasó a disponibilidad recientemente a todo el plantel por sospechas de corrupción.
Utilizarán el Código de Faltas porteño para los procedimientos y aplicarán en principio, el artículo que habla de «ausencia de habilitación», que es para quien «instale o ejerza actividad lucrativa sin la debida habilitación o permiso, o en infracción a la autorización concedida, es sancionado/a con multa de $ 300 a $ 10.000 y/o clausura».
El gobierno porteño, tal como anticipó este diario, acompañará las medidas con una campaña publicitaria para difundir los alcances de la norma, con la que se propone disminuir el consumo de bebidas alcohólicas de los jóvenes y de los conductores. De esa campaña participaron algunas firmas de cerveza, las que se verían ahora perjudicadas al quitarse del mercado más de 10.000 puntos de venta como son los quioscos, aunque éstos en general se abastecen de supermercados para su reventa.
En la ciudad de Buenos Aires no existe impedimento para beber en la calle, como lo hacen los jóvenes, costumbre que piensan, evitarán al prohibir la venta de bebidas alcohólicas en quioscos que facilitaría, creen, la oportunidad.
Los primeros operativos se acentuarán en las cercanías de los locales bailables y en estaciones de servicio, ya que la poca cantidad de inspectores imposibilita un sistema de control más abarcativo.
López asegura que intentará modificar el área de inspecciones que se está creando, con registro de controladores, para tomar más resguardos contra posibles hechos de corrupción.
Una de las ideas, es el uso de credenciales con código de barras, que sirva de doble control sobre el recorrido que se le impone mediante esa tarjeta al inspector y luego al local.
Por otra parte la Legislatura porteña, que acordó una ley correctiva a la llamada «ley seca» no consiguió consensuar un proyecto para antes de fin de año, como habían propuesto durante la sesión, en la que se refrendó el decreto de necesidad y urgencia del jefe de Gobierno que impuso la actual norma para controlar el consumo de bebidas alcohólicas.
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