29 de diciembre 2005 - 00:00

Gobierno exige que todas las automotrices produzcan aquí

Eduardo Sigal
Eduardo Sigal
Todas las terminales radicadas en la Argentina deberán estar produciendo vehículos en el país, para poder acceder a los beneficios sectoriales que regirán dentro del Mercosur. Esta será una de las exigencias que el gobierno argentino pondrá sobre la mesa de discusiones con Brasil, para cerrar un nuevo acuerdo del sector. Hasta lo que se sabe, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva no estaría dispuesto a aceptar este reclamo; al menos en las condiciones que solicita la Argentina.

Sobre estas negociaciones, ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que en los próximos días, probablemente hoy, se firme la prórroga por 60 días del actual régimen automotor bilateral, con el fin de negociar hasta el 1 de marzo una nueva PAC (Política Automotriz Común), que debería comenzar a regir desde julio del próximo año. Entre marzo y el último día de junio, habrá un período de transición.

Tiempo prolongado

«Estamos en los minutos finales del acuerdo transitorio que se aplicará tal como está en la actualidad por 60 días más. Hoy (por ayer) se acuerda y pretendemos que mañana (por hoy) se protocolice en la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) para seguir negociando hasta el 1 de marzo un nuevo marco», declaró ayer el subsecretariode Integración Americana y Mercosur, Eduardo Sigal. El funcionario aseguró también que, dentro de la nueva PAC, «no está planteado un nuevo plazo para alcanzar el libre comercio», y agregó que de llegar a un nuevo acuerdo en marzo la liberalización en el intercambio de vehículos «demandará un tiempo prolongado».

La negociación apunta a reemplazar al actual régimen que vence a fin de este mes, cuando estaba previsto el libre comercio, que fue rechazado por la Argentina, por un nuevo marco que establezca un período de transición hasta que estén dadas las condiciones de desarrollo industrial y de inversiones en el sector en el país.

El acuerdo actual permite hoy la importación de hasta u$s 2,1 desde Brasil por cada dólar que exporta la Argentina a su vecino, aunque este cupo se considera de manera general para cada mercado.

•Cupo general

La Argentina propone que este cupo, denominado flex, se aplique por empresa y no por país, para evitar que «las empresas que no están dispuestas a invertir se monten sobre el cupo general», según explicó Sigal. Sobre este tema, que apunta a obligar a las terminales a decidir la radicación de líneas de montaje en las plantas situadas dentro del territorio argentino, el funcionario de la Cancillería aseguróque la aceptación de la cláusula podría destrabar el acuerdo definitivo.

El nuevo marco automotor será necesario para permitir la transición hacia un mayor desarrollo industrial del sector en la Argentina, donde el gobierno ya cuenta con alguna herramienta para este objetivo. Este año, el presidente
Néstor Kirchner firmó el Decreto 774 que establece incentivos impositivos para las nuevas líneas de producción que incorporen autopartes locales, que aún no está en aplicación ya que carece de partidas presupuestarias.

Dificultades

Este decreto, sin embargo, encuentra algunas dificultades para entrar en vigencia debido a que México puso trabas en las negociaciones para ampliar preferencias arancelarias en otros productos, por considerar estos incentivos como subsidios. Por otra parte, Sigal aseguró que antes del 31 de enero estará firmado el acuerdo con Brasil de la Cláusula de Adaptación Competitiva (CAC) para equilibrar el comercio bilateral, aunque no descartó que el instrumento pueda firmarse durante el viaje que hará Kirchner a Brasil el 18 de enero, donde se encontrará en la primera cumbre del año con Luiz Inácio Lula Da Silva. Según el subsecretario, el acuerdo de la CAC estaba listo para firmarse durante el pasado encuentro de presidentes en Puerto Iguazú el 3 de noviembre, pero no se suscribió entonces porque «faltaba un repaso del texto».

En ese sentido, Sigal precisó que «había observaciones al texto por parte de Brasil en relación a cómo estaba expresado aunque no en cuanto a lo conceptual». El punto de divergencia en la redacción de la CAC es la manera en que está definido el concepto de daño y de daño eventual, y también existen dudas en cuanto al nivel arancelario que se aplicará para que no haya desvío de comercio desde un país extrazona.

La CAC establece que cuando alguno de los dos países registre algún perjuicio en algún sector por las importaciones de su socio podrá aplicar luego de un proceso de investigación una tarifa equivalente al Arancel Externo Común para ese rubro determinado.

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