9 de octubre 2004 - 00:00

Irak, desempleo e impuestos el centro del segundo debate

Volvieron a verse cara a cara Bush y Kerry. Se acusaron mutuamente de hacer del planeta un lugar más peligroso. Las primeras sondeos tras el debate televisivo daban un empate entre ambos candidatos.

John Kerry y George W. Bush.
John Kerry y George W. Bush.
La situación de Irak, el desempleo y la política fiscal dominaron el segundo debate electoral entre los dos candidatos a la Casa Blanca, el republicano George W. Bush y el demócrata John Kerry, realizado en la Universidad de Washington. Las primeras sondeos tras el debate daban un empate entre ambos candidatos.

El demócrata, acusó a Bush de convertir su campaña en un "arma de engaño masivo", mientras Bush le acusó de ser un debilucho que carece de la firmeza necesaria para liderar el país en tiempos de guerra.

"El Presidente nunca encontró armas de destrucción masiva en Irak, así que ha convertido su campaña en un arma de engaño masivo", afirmó Kerry, al responder a una pregunta del público sobre si cambiaba una y otra vez de opinión, tal como dice Bush.

El debate tuvo lugar en la Universidad de Washington en St. Louis, con preguntas de un público que se declara aún indeciso sobre a quién votar en los comicios, seleccionadas por el periodista de ABC Charles Gibson.

Bush contraatacó afirmando que Kerry votó a favor de autorizar la guerra en Irak y luego se opuso a aprobar fondos para la reconstrucción del país por 87.000 millones de dólares.

"Puedo ver por qué la gente piensa que cambia de posición todo el tiempo: porque lo hace", dijo Bush.

"Dijo que Saddam Hussein era una grave amenaza, y ahora dice que fue un error derrocar a Saddam Hussein", añadió el presidente, cuyas palabras eran transmitidas a millones de estadounidenses instalados frente a sus televisores.

Bush defendió a ultranza la guerra de Irak pese a que su argumento original para ir a la guerra, la supuesta existencia de armas de destrucción masiva, se derrumbó esta semana con la publicación de un informe del jefe de inspectores de armas, Charles Duelfer.

"No estaba contento cuando hallamos que no había armas (en Irak), y hemos creado un grupo de inteligencia para ver por qué", dijo Bush.

"Pero Saddam Hussein era una amenaza única y el mundo está mejor sin él en el poder, y los planes de mi oponente me llevan a pensar que Saddam Hussein aún estaría en el poder (con él en la Presidencia) y el mundo sería más peligroso", aseveró.

Kerry, sin embargo, sostuvo que "el mundo es más peligroso hoy porque el Presidente no tomó las decisiones correctas".

"Nunca cambié de opinión sobre Irak. Siempre pensé que Saddam Hussein era una amenaza", se defendió.

"Hubiera traído a los aliados a nuestro lado (...) Este Presidente se apuró a ir a la guerra, empujó a nuestros aliados a un costado, e Irán es ahora más peligroso y también lo es Corea del Norte con armas nucleares. Ha sacado los ojos de encima de Osama Bin Laden", indicó.

"Señor presidente -espetó con calma Kerry- hay países que abandonan la coalición y ninguno se suma. Si (el Estado de) Missuri integrara la coalición como fuerza independiente sería la tercera fuerza militar más grande después del resto de Estados Unidos y Gran Bretaña".

Bush también enfrentó ataques de Kerry sobre las nuevas cifras de desempleo, que muestran un crecimiento de 96.000 puestos de trabajo en setiembre, por debajo de los 150.000 que esperaban analistas, mientras la tasa de desempleo se mantuvo en 5,4% (7% para los hispanos en el país).

Bush "es el primer presidente en 72 años en perder empleos", le acusó Kerry, que recordó que el país perdió 1,6 millones de puestos de trabajo desde enero de 2001. "Esta es uno de los peores gobiernos en la historia moderna", lanzó.

También ambos discutieron fuertemente por la política fiscal con la acusación del presidente de que "no es creíble" el compromiso tomado por su adversario de no aumentar los impuestos.

"Mirando la cámara, les digo: no voy a aumentar los impuestos", aseguró Kerry ante una pregunta directa del público.

"¡No es creíble!", exclamó Bush en respuesta. "Sencillamente no es creíble que diga que continuará recortando impuestos y equilibrará el presupuesto", aseguró el presidente. Si ven su actuación en el Senado, votó para quebrar los límites del gasto más de 200 veces", indicó. "No pueden creer esto. Por supuesto que va a subir sus impuestos", afirmó Bush.

Por su parte, Kerry explicó: "Ofrezco una reducción de impuestos a las personas que ganan menos de 200.000 dólares por año. Para los que ganan más de 200.000 dólares, habrá un retorno al nivel (de aportes fiscales) que había bajo (la presidencia de) Bill Clinton, cuando las personas ganaban mucho dinero. Y mirando a la gente, aquí, creo que no hay más que tres personas a las que eso concierne (la barrera de los 200.000 dólares): el presidente, yo" y el periodista televisivo moderador del debate, dijo.

O el candidato demócrata "traicionará todas esas promesas maravillosas que les hace, o aumentará los impuestos. Viendo su historial político, creo que aumentará los impuestos", retrucó Bush.

Las previsiones indican que el déficit presupuestario estadounidense alcanzará un récord de 422.000 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2004.

Ambos candidatos usaron ampliamente su derecho a moverse de un lado a otro del escenario, respetando ciertas líneas para no cruzarse. Bush se mostró más seguro que en el primer debate, cuando expertos señalaron que parecía nervioso e incómodo.

Se estima que la audiencia del debate ha superado los 63 millones de televidentes registrados en el primero, que tuvo lugar el viernes pasado en Miami, y que se centró en política exterior.

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